Blog | Recto verso

A Mariña y el mundo

ESTA SEMANA, COMO sucede cíclicamente, se dispararon todas las alarmas en A Mariña a cuenta de una posible venta de Alcoa de toda o una parte de su factoría en San Ciprián. Harían bien en dispararse las alarmas en O Hórreo y hasta en La Moncloa. Para quien crea que es chovinismo y pura dialéctica, decir que esa fábrica es el punto de toda España que más electricidad consume. Es también el que aglutina más puestos de trabajo de toda la provincia de Lugo. De aquí a siete años liberará un puerto exterior que podría resultar revolucionario para nosotros. Andaban por ahí unas cifras que decían que por cada puesto de trabajo en Alcoa se generaban cinco directamente fuera de la fábrica, cifra que se me antoja hasta rácana.

Lo que está sucediendo realmente es que estos vaivenes nos sitúan sin que estemos preparados en un contexto mucho más amplio en el que, es así de crudo, no sabemos movernos: el global.

No sé qué nos pensamos cuando la fábrica se vendió a una multinacional, pero si creíamos que el intervencionismo estatal iba a seguir funcionando al mismo nivel que cuando estaba integrada en Inespal, éramos bastante idiotas. En aquel momento la decisión se acogió con incredulidad y algunas manifestaciones esporádicas. Los americanos fueron implantando el método de trabajo importado directamente de Pennsylvania con alguna concesión al pintoresco modus operandi local y las condiciones laborales entraron en una espiral de eufemismos enfocados a explicarnos lo que por otra parte sucede en todas partes: bajadas de salarios y condiciones laborales adaptadas a los nuevos tiempos que, en esto, son mucho peores que las de los viejos.

Y hecho todo eso, la gente de Alcoa comenzó a competir con fábricas de Brasil y de quién sabe dónde. Lugares lejanos donde se produce aún más barato porque la mano de obra está tirada, pero eso complicado de visualizar desde la óptica de un vecino de Foz o de Ribadeo que va cada día a currar a las seis de la mañana.

Pase lo que pase con la venta o no de Alúmina o Aluminio, una de las dos o las dos, estoy por apostar que esta decisión se tomó hará un par de años en un despacho de la citada Pennsylvania y ahora asistimos solo a la inevitable exposición pública de esa decisión, que es siempre la última fase de esas macroventas y que tan poco suele gustar en los despachos, siempre temerosos de su imagen pública.

Evaluar todo eso es imposible para cualquiera que no esté bien metido en el ajo. Puede que hasta a los que están metidos de lleno en el negocio les metan algún gol.

Pero con todo, el verdadero temor que se tiene es el que aporta la experiencia. Y la experiencia nos viene dictando hace tiempo que cualquier cambio que se haga es siempre para peor en lo que a los trabajadores se refiere.

Quiero decir que no hay que descartar absolutamente nada: desde el cierre total hasta la revitalización de la fábrica porque a todas estas hay que recordar que la factoría de A Mariña es la única de todas las de España que tiene Alcoa que sigue dando alegrías a la hora de presentar los balances en nuestra ya conocida Pennsylvania.

Así que a mi parecer nos encontramos ahora viviendo un momento muy distinto del que creemos, que es donde radica gran parte del engaño. Nosotros creemos, y lo creemos de verdad y en estas páginas se lo contamos, que estamos asistiendo a un proceso de venta en el que una gente viene a visitar la fábrica de San Ciprián y se marcha en completo secreto como si realmente todo esto estuviese sucediendo en tiempo real, cuando lo cierto es que nos encontramos en los estertores de un proceso que ya culminó hace tiempo con decisiones tomadas lejos de aquí, en alguna parte en la que no somos más que números igual que sucedió con las embotelladoras de Coca Cola. Todos creyeron que luchaban por su supervivencia en España cuando ya hacía tiempo que la compañía había decidido crear una gran planta para toda Europa en alguna parte que con toda seguridad ya está decidido cuál es, aunque también nos harán creer que sopesan varias alternativas.

No hay que escandalizarse. Este es el mundo al que nos fueron conduciendo poco a poco, cargado de cochazos a 14.000 euros, móviles 4G para niños de 13 años y mundiales de fútbol en Qatar.

Nosotros jugamos ahí, estamos en el club y de vez en cuando alguno de sus miembros más afortunado decide eliminar 700 u 800 empleos. Una cifra ridícula. Las protestas se circunscriben al ámbito local. El equilibrio se restablece para otros 15 años. Pennsylvania está tan lejos.

EL GUSTO Un nuevo éxito del gastroconcurso Ribadeo de Tapeo

AL FINAL acabó el Ribadeo de Tapeo y a falta de cifras oficiales este concurso gastronómico de tapas de calidad garantizada que se celebra en Ribadeo desde hace once años se cerró con todo un éxito que se pudo apreciar perfectamente los dos fines de semana que conectó. El primer sábado varios locales agotaron las tapas que tenían disponibles. Durante la semana, sobre todo de miércoles en adelante, el ritmo se aceleró. Ana Martínez puede estar contenta de ver que sus esfuerzos dan frutos. Irónicamente ahora debe ir preparándose para lo peor: el verano, su época más aturullada.

EL DISGUSTO La necesidad de seguir con ayudas de primera necesidad

HACE JUSTO seis días la concejala de servicios sociales de Ribadeo, Sonia Meilán, puso sobre la mesa la circunstancia de que es necesario seguir ayudando a muchas familias con productos tan básicos como los de alimentación. Es desasosegante. En su caso lo hizo con la firma de un convenio con la fundación Alimerka, pero el Concello de Ribadeo tiene también con el Eroski y su gerente Andrés Neira es además una persona muy activa en este tipo de actividades filantrópicas. Que esto siga pasando y sean casi 200 las familias a las que se ayuda en Ribadeo tiene que, de algún modo, movernos a la reflexión.

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