Blog | Recto verso

Lo opuesto a la espuela

Ribadeo analiza este miércoles un fenómeno con millones de artistas: el botellón

RIBADEO ABORDARÁ este miércoles uno de esos problemas antiquísimos a los que les pusimos un nombre nuevo: el botellón. El día que presentaron la mesa redonda en la que este tema se tratará me decía el dueño del Cantón Bar que en su época, una generación (larga, Nemesio) por encima de la mía, arrancaban a Santa Cruz, donde asaban unos chorizos y, en esencia, la cosa era muy parecida a lo que es ahora. A nosotros nos tocó muy poco porque mi época correspondió con un boom de natalidad que hizo que cientos y cientos de jóvenes saliésemos como champiñones y, de forma paralela, se crearon bares y más bares en los que pasar tanto las noches más intensas como las horas muertas. Todo era mucho más accesible entonces que ahora y si pedías coñac con 16 años, en lugar de decirte que no, te preguntaban que si Osborne o Soberano, eso era todo. 

Pero cada generación debe afrontar sus propios problemas, no los de las anteriores como tampoco los de las que están por venir, y ahora es cierto que lo del botellón hay que mirarlo con detalle porque en algunas partes se convierte en un problema social que va más allá del consumo del alcohol y pasa directamente al de orden público. En casos puntuales. 

Ribadeo es uno de los lugares donde este problema brilla con luz propia así que es muy oportuno que estas jornadas se hagan aquí. Por cierto, no habría estado de más que la Policía Local participase en esta cita como una de las partes más directamente implicadas, aunque declinaron el ofrecimiento. Como no se sabe por qué es difícil valorar una decisión que hay que guardar en el cajón de lo incomprensible. 

Lo que diferencia este fenómeno a día de hoy de lo que se hizo casi siempre es la cantidad: ahora la inmensa mayoría de los jóvenes hacen botellón. Las causas son de lo más variopinto pero como el que escribe esto soy yo diré que me inclino por una sobre todas las demás: si la mayoría va, ¿cómo quedarse en casa? 

Y ya no se trata de que vayas a beber calimocho por una botella de Coca Cola de dos litros, sino que es bastante factible que vayas simplemente porque quieres estar con tus amigos y porque a esas edades el comportamiento gregario es algo fundamental. Estar arropado por tu comunidad es casi imprescindible. Por eso dudo muchísimo de que toda esa gente que se ve en los grupos sean bebedores compulsivos. 

La promotora de esta jornada, la psicóloga Mónica Fernández Lamparte, que trabaja desde hace años con los chavales en los municipios de A Mariña Oriental comentaba en la presentación algo que nos debe invitar a reflexionar en lugar de calificarlos de golfos y gamberros como si fuese un caso similar a la venta de preferentes. Y es que dice que los adolescentes no tienen ningún tipo de percepción de riesgo. Esto es normal a esa edad, pero en este caso concreto eso se ve reforzado cuando nos miran a nosotros, a los de la generación por encima. ¿Qué ven? Pues que el consumo de alcohol está completamente normalizado y generalizado. Así que si papá y mamá se van a tomar los vinos, salen de copas y todo eso que todos sabemos, tan malo no puede ser. No será aquí donde se lea que hay que exterminar a los que salimos a tomar unas cervezas porque tengo mi pellejo en alta estima. Como todo, el tema está en dar con el punto medio y en algo más controvertido de lo que no sé nada de nada: ¿cuál es la edad para dejar que te empieces a tomar esas cervezas? 

Leí a gente que dice que nunca. Otros que hasta los 21 porque antes frena el crecimiento. Bueno, ya será menos. Pero es cierto que nos guste o no un punto hay que ponerle y ese punto tiene que fijarlo la Administración. Eso significa que va a ser un lío tremendo porque todas las administraciones funcionan despacísimo y además me da que todas ellas son demasiado permeables a los inmensos intereses que se mueven detrás de todo esto y que ni tan siquiera nos imaginamos. 

Si se acota algo que no gusta inmediatamente saltan los defensores de los puestos de trabajo que se van a perder. La barra libre está descartada porque sería algo excesivo. ¿Está bien 16 años para tomar una caña pero no para tomarse un gin tonic? ¿Qué hacemos con el alcohol que hay en las casas? ¿Hay que prohibir a los hijos e hijas de quince años salir después de las nueve de la noche? Y si eso retrasa el botellón a las seis de la tarde: ¿mejora o empeora el problema? ¿La gente que sale de un bar a beber a la calle mientras se fuma un cigarrillo hace botellón? Si tan malo es: ¿por qué el Gobierno no prohíbe el consumo de alcohol o lo fríe a impuestos? A ver si el miércoles nos contestan a algo de todo esto.

EL GUSTO
Un sindicalista de la zona, en un puesto y un momento claves

JOSÉ LUIS COMBARRO volverá a presidir el comité europeo de la multinacional Alcoa. Es un viejo conocido por aquí ya que fue presidente del comité de San Ciprián durante bastantes años y ahora seguirá cuatro años más haciéndolo a nivel europeo. O mucho cambian las cosas o en estos cuatro años habrá sorpresas con las que le va a tocar lidiar. Más allá de lo que pueda o no pueda hacer, es importante que haya alguien de aquí en un puesto tan importante porque es casi seguro que lo vamos a necesitar. De él habrá que esperar por lo tanto que esté a la altura de las expectativas.

EL DISGUSTO
Las presentaciones a distancia solo dan desconfianza

EL DELEGADO del Gobierno en Galicia, Santiago Villanueva, debe de ser un hombre tremendamente ocupado o tener a los mariñanos en escasísima consideración. Presentó un sistema de automatización de los cortes en el alto de O Fiouco, en la A-8, desde A Coruña. Curioso, sí señor. Seguro que su compañera de partido, Elena Candia, a la sazón alcaldesa de Mondoñedo, hubiese estado encantada de recibirlo y que se pasase por aquí para presentar esa gran innovación tecnológica. Pero ni eso: esto ejemplifica a la perfección lo que realmente importa A Mariña mejor que cualquier discurso.

Comentarios