Blog | Recto verso

Como quien oye llover

Escuchar lo que dicen  de nosotros es un ejercicio tan sano como poco practicado

Ría de Ribadeo. JOSÉ Mª ÁLVEZ
photo_camera Ría de Ribadeo. JOSÉ Mª ÁLVEZ

CONOZCO GENTE de Madrid que viene a verme a veces y que uso de conejillos de indias sociológicos sin que se den cuenta. A veces aciertan y a veces les mataría. Una chica que vino hacia 1995 se sorprendió de que la gente hablase gallego por la calle y cuando me oyó utilizarlo a mí con continuidad y en la vida diaria sencillamente no daba crédito. Recuerdo perfectamente lo que dijo: "Creía que solo se usaba para documentos oficiales y cosas así". No es ninguna idiota. Como diría Dylan, es solo que tenemos puntos de vista distintos sobre las cosas (Tangled up in blue).

Otro amigo trató de integrarse. Con resultados desastrosos. Intentaba hablar gallego cuando lo hablábamos entre nosotros y no entendía por qué nos reíamos de él. Lo cogí en un aparte y le expliqué que era mejor que hablase normal o acabaría desencadenando un incidente internacional porque alguien se iba a tomar a mal aquel mejunje con acento de Chamberí, de donde es él. No lo entendió. Tenía buenas intenciones y solo quería mimetizarse con el paisaje. También recuerdo lo que dijo y lo entendí: "Si voy a Inglaterra intentaré hablar inglés". Yo le di la razón en todo, pero insistí mucho en que siguiese usando el idioma del imperio o en una de esas acabarían partiéndonos la cara.

Ese mismo chico observó más recientemente que tenemos un cine y quedó muy sorprendido. "Joder, casi ningún pueblo tiene cines ya". Cuando me quejé de que se inclinaban un poco demasiado hacia el cine comercial él anduvo ágil y me recordó que el cine independiente está muy bien, pero el que da dinero es Tom Cruise y aunque creo que sé alguna cosa sobre cine, no me quedó más remedio que darle la razón y agradecer que en semanas como esta llegue a Ribadeo La Favorita, una película de una anomalía griega llamada Lanthimos que me muero de ganas de ver y que, si es como las anteriores que hizo, sospecho que va a dejar a la gente entre espantada y boquiabierta.

Otra vez vino una pareja que tiene mucho dinero y vio mucho mundo. Por entonces él era vecino de Villaroya, el del Real Madrid, y fuimos a comer a Castropol, desde donde se les ofrecía una panorámica excelente de la ría.

Allí tirados al sol comentó algo en lo que yo nunca había reparado: "Aquí el verde se mete directamente en el mar". Es aficionado al esquí en invierno y al surf en verano. De hecho vive de ambos deportes. Hizo memoria de sus andanzas por el mundo y no le salía ningún lugar en el que la vegetación se impregnase directamente en el agua sin solución de continuidad (unas rocas, un tramo de arena...). También se fijó en que en la boca de la Ría de Ribadeo se formaba una ola interesante. Faltaban aún muchos años para que alguien le pusiera nombre y se pusiera a surfear allí. Hace dos semanas estuvo en todas las televisiones.

Otra amiga más vino de Canarias. Bajo su punto de vista había tantos bares como en las zonas de su tierra en donde reinaba el turismo de masas. Demasiados le parecían para un sitio tan pequeño, y eso que vino en agosto y Ribadeo estaba de bote en bote.

En aquel momento no tenía razón, pero el paso de los años seguramente acabó por dársela: no se sostuvo aquel fenómeno nocturno masivo que tanto dinero nos dio y que ya nadie sabe dónde está.

Podría seguir comentando visiones foráneas, como las de los veraneantes habituales y cómo nos ven como parte del paisaje sin darse cuenta de que ellos mismos son también parte de ese paisaje. Antes nos mirábamos con desconfianza. Ahora les echamos de menos y nos regocijamos cuando en agosto les vemos paseando entre tanta cara desconocida.

Seguramente todos tienen razón porque son apreciaciones que a nosotros nos cuesta muchísimo distinguir. Para nosotros tener un cine es lo menos que podía pasarnos. Seguimos sin entender por qué cerraron el de Foz, que hasta ofrecía la oportunidad de tomarse un descanso a mitad de la película. Hay que decir aquí, por cierto, que esa peculiaridad desde luego no contribuyó en nada a que continuase abierto.

Tener un idioma propio, un paraíso de verdor y olas aprovechables es algo que no damos por sentado porque ni tan siquiera lo vemos. Siempre estuvo ahí. Es como As Catedrais. Llevaban ahí toda la vida y jamás nadie les hizo ni caso. Ahora son un fenómeno comparable a la Catedral de Santiago y ni siquiera sabemos explotarlo correctamente. Escuchar lo que dicen de nosotros es un ejercicio altamente provechoso, aunque solo si nos lo tomamos en serio.

Porque por lo general, para nosotros es como quien oye llover.

EL GUSTO 

La Olimpiada de Geología que se hará en Viveiro

EL DESCONOCIMIENTO siempre debe incentivar la curiosidad para que deje de serlo. Viveiro acogerá una fase provincial de una Olimpiada de Geología. Se trata de una magnífica ocasión para comprobar de qué se trata. La organiza la Asociación España para la Enseñanza de las Ciencias de las Artes, que decidió cambiar su habitual escenario de Lugo para acercarse a nuestra comarca y, más concretamente, a Viveiro. Buena ocasión para promocionar algo más al municipio, como detectaron tanto su alcaldesa, María Loureiro, como su concejala de educación, Carmen Franco.

EL DISGUSTO

El regreso de Agustín Yáñez a la política, por tercera vez

LA PASADA semana les contamos que el ribadense Agustín Yáñez será candidato a la alcaldía de Caldas por En Marea. Por error apuntamos que le habían abierto un expediente de expulsión del PSOE de Ribadeo. Tremendo error. En realidad se fue antes de que se lo abriesen. Fue en medio de una serie de cartas extenuantes de dudoso gusto dedicadas a propios y extraños. Aclarado ese punto, decir que se nos olvidó comentar que en realidad Yáñez también había probado con Compromiso por Galicia. Hay que disculparse también por esta omisión con un político difícil de clasificar. O tal vez no tanto.

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