Blog | Recto verso

Agua que no has de beber

DICEN LOS profetas que de aquí a treinta años las grandes guerras que se librarán serán a causa del agua. Para ser exactos, del acceso a ella. Seguramente, pero aquí no nos hacemos una idea porque nos sobra. Llueve. E incluso aunque no llueva, suele haber agua. Casi siempre hay agua en todas partes. Esto trae algún efecto secundario, como el hecho de que cualquier mínima alteración, algo que en otra parte sería considerado como una mera anécdota sin importancia, aquí se transforma en un problema de primera magnitud.

Cuando en Galicia en general se declara cualquier mínima restricción de agua, por insignificante que sea, todo se desmanda. Hay que hacer infinidad de aclaraciones, justificaciones e indicaciones para que no se monte una revolución que, en cualquier otra parte, no pasaría de una cuartilla pegada con grapas en un poste de teléfonos de los que ya no se usan.

Por eso llama tanto la atención a los que vivimos en Ribadeo lo malísima que es el agua de la traída. Hay pocas localidades grandes de la comarca donde esté buena, pero también hay pocas donde esté mala. Ribadeo es una de ellas, y eso que mejoró.

Esto es un problema complejo y seguramente heredado de décadas atrás, de montones de vicios adquiridos, infraestructuras obsoletas, captaciones erróneas y hasta puede que cuestión de gustos, aunque lo dudo.

Últimamente, todo esto se complica cuando llueve en cantidad durante varios días o hay tormenta y llueve mucho en poco tiempo. Entonces el agua de la traída de Ribadeo recibe un regalo extra: una serie de vertidos que la hacen directamente intragable, al margen de un olor a rayos cuando te duchas.

El problema está perfectamente identificado: unas instalaciones de la cooperativa Os Irmandiños que tienen algún problema tan evidente que la Xunta ya los multó con más de veinte mil euros.

Cuando eso sucede se genera cierta alarma vecinal que el alcalde tiene que ir corriendo a apagar. La gente se alarma porque lo primero que piensas es que eso no se puede beber.

No es para menos. Por algún respeto difícil de entender Os Irmandiños fue toreando la situación tal y como hace con todo: con máxima discreción. Pero esta semana pasada hubo un imprevisto: el alcalde de Barreiros, en un ataque dialéctico frontal y, dicho sea de paso, sin venir mucho a cuento, a su vecino ribadense, le acusó nada menos que de no ser capaz de garantizar el servicio de abastecimiento de agua a sus vecinos y de pedir que la Xunta repare la traída del municipio en lugar de hacer como él, que llegó a un acuerdo con los constructores que hace años trabajaron allí para que sean los que financien un depósito nuevo y un montón de cosas más.

Algo sorprendido por el bofetón inesperado, el alcalde de Ribadeo le contestó, entre otras cosas, que en ese tema lo primero que tendría que hacer es exigir a Os Irmandiños que acondicione las instalaciones de las que llegan los vertidos al agua de Ribadeo, que se encuentran en una zona llamada Vilamartín, en territorio del término municipal de Barreiros, muy cerca del límite con el de Ribadeo. Eso al margen de recordarle una serie de cuestiones vinculadas a la gestión del urbanismo en Barreiros, de la que su responsable está muy orgulloso, entusiasmo que no todo el mundo comparte en tal grado.

Lo cierto es que sería un detalle que se corrigiera esa situación. Cada vez que hay uno de esos vertidos van corriendo a un embalse cercano todo un tropel de trabajadores y funcionarios de diversas clases. Unos técnicos de Viaqua acuden a comprobar que todo esté en orden desde un punto de vista operativo. También se hacen analíticas del agua no vaya a ser que medio Ribadeo acabe en el Hospital da Costa. Los chicos del Seprona acuden a ver qué pasa, por lo que sabemos cada vez más resignados ya que antes de llegar ya saben lo que pasa. También acude personal municipal preocupado por una situación que se repite. Gente de Augas de Galicia se pasa por allí porque tiene que hacer un informe. Y así una y otra vez.

Medio Ambiente multa a Irmandiños, pero es evidente que a la cooperativa no se la ve muy exigida por la situación porque de momento la cosa está más o menos igual.

Y, en fin, todo este lío de ires, venires y dejar hacer continuará, como es habitual, hasta que pase algo. Luego todo serán cruces de reproches y antes hasta seguramente quejas contra este artículo porque la cosa no es exactamente así. Seguro que no. A ver si sirve para que alguien lo explique.

EL GUSTO El acceso al puerto de Burela va a ser un descanso

ALFREDO LLANO, el alcalde de Burela, calcula que en agosto tendrá listo el acceso al puerto de Burela. La verdad es que eso supondrá un auténtico descanso para muchos vecinos. El tráfico por la travesía se reducirá sensiblemente, y además uno muy especial: el pesado. Actualmente son miles y miles los vehículos que cruzan Burela cada día y muchos de ellos rumbo a su afamado puerto, desde donde salen camiones para toda España cada mañana. Conseguir eso será al fin un alivio en muchos momentos concretos en los que incluso el ruido generado por los camiones es un incordio.

EL DISGUSTO Las ayudas que todavía le hacen falta a mucha gente

LA CONCEJALA de Ribadeo Sonia Meilán, responsable de servicios sociales, dio unas muy merecidas gracias a supermercados como Alimerka o Eroski y a la gente que hace importantes donaciones de alimentos que luego reparten entre las familias más necesitadas. Es la cara B de este mundo en que vivimos y que parece ser mucho más grande de lo que en realidad queremos creer. Sonia Meilán nos expuso simplemente una realidad con la que lidian todos sus compañeros de servicios sociales de todos los municipios y que, pese a lo que digan durante estas semanas de campaña, no mejora.

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