Opinión

Un potencial infinito

Nos venden pedos envasados al precio de políticas de futuro. Y funciona
Ayuso. AEP
photo_camera Ayuso. AEP

FRACASADOS TODOS mis intentos de aproximación racional a la mayor parte de lo que nos está pasando, guerras, crisis, pandemias, tiroteos, corrupción, sandeces... todo a barullo, un sindiós, decidí buscar una explicación con el método científico de ensayoerror, mediante metodología de búsqueda aleatoria de un patrón. Cualquiera, aunque fuera materia destinada a Cuarto Milenio, un punto de partida desde el que llegar a ningún sitio, que es exactamente donde estaba. Por intentar algo, por no rendirme, por no dar en loco.

Fue así, puro azar, como quien descubre una nueva estrella observando un punto determinado del Universo, como di con Stephanie Matto, una hermosísima mujer que comenzó a hacerse famosa participando en realities de televisión y ha terminado como influencer cuyos vídeos tienen millones de reproducciones. Su nicho de mercado: los pedos. Así, como lo leen, las flatulencias como I+D+i.

Hasta 50.000 dólares a la semana gana Stephanie envasando sus pedos para hombres y mujeres de todo el mundo que se los solicitan. A veces incluye unos pétalos de flores "para que el olor dure más" y otras, con tarifa especial, envía también el vídeo mientras envasa el producto, evidentemente artesanal. Lo comercializa a través de un canal para adultos, que le ha "abierto la mente y hecho muy consciente de los diferentes tipos de nichos y mercados que existen".

Hay que reconocer que la chica no piensa con el culo: "A lo largo de los años, he recibido algunos mensajes de hombres y mujeres que quieren comprar mis sostenes, bragas, pelo, agua de baño... usados", explica, por lo que pensó que "vender mis pedos sería un movimiento publicitario divertido que llamaría la atención de mucha gente. Creo que realmente he aprovechado un mercado enorme, y parece que hay un potencial infinito". El metano de nuestras vacas amenaza al mundo; el metano de Stephanie Matto lo conmueve.

Estoy por asegurar que este el patrón que andaba buscando para explicar lo nuestro, que en realidad llevamos un buen rato comprando a precio de verdad pedos envasados. Y no es que no sean verdad, es que son pedos. Como mucho, con un par de pétalos de flor, pero pedos.

Solo de este modo se podría entender que esta misma semana un señor que ha obtenido los votos suficientes como para ser vicepresidente de la Junta de Castilla y León se haya permitido la sobrada de presumir que se iba a dirigir a una diputada con discapacidad física "como si fuera una persona como todas las demás". Al menos Stephanie se molesta en envasarlos y personalizarlos para quien se los reclama, este tipo directamente se cisca en todo, sabiendo además que su emisión de ideas flatulentas da a su partido aún más votos.

Otra que nos tiene acostumbrados al metano en vena hasta tal punto que ya debe olerle hasta el aliento es la señora Isabel Díaz Ayuso. Con ella a muchos les está pasando ya como con el covid, que han perdido el olfato de tanta peste. Hace unos días, en el congreso del PP de Madrid, envasó el siguiente pensamiento acerca de las mujeres que sufren acoso y abuso sexual cualquier noche en cualquier lugar de España: "Su forma de ver la vida, propia de malcriadas que aspiran a llegar solas y borrachas, desprovistas de responsabilidades ni siquiera ante sus peores decisiones, nos abochorna a la mayoría de las mujeres que trabajamos todos los días por sacar adelante a nuestro país". La culpa de que las violen es de ellas, significa, que beben como camioneros y se visten como putas. Los asistentes inhalaron el efluvio y aplaudieron con fervor.

No son excepciones, solo ejemplos de un patrón que cada vez se repite con menos pudor. Pura mierda vendida como pensamiento político, como futuro. Y apesta.

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