Blog | Marta está harta

La extraña paradoja de educar adolescentes

Adolescentes

"No puedes usar el móvil, el instagram es un arma de doble filo, mejor nada de redes sociales...". Dicen muchas madres y padres a sus hijos mientras no quitan ojo de la pantalla de su propio móvil. Damos largas charlas sobre la adicción móvil, o el peligro de las redes sociales, mientras que nosotros mismos no somos capaces de vivir más de 24 horas sin saber como va nuestro Insta. Nos empeñamos en convencer a nuestros hijos de que no pueden hacer lo que nosotros hacemos y siento comunicar a los padres y madres del mundo que la principal herramienta de educación es el "ejemplo", así que si quieren que sus hijos no usen móvil, tienen que empezar por no usarlo ellos. Pero, ¿es tan malo que un chaval de 15 años tenga su Smartphone y su perfil de Instagram? Yo no me atrevería a decir que es malo, no me atrevería a asegurar que el uso del móvil debería estar prohibido en menores.

Desde mi humilde punto de vista, en esto de educar adolescentes no debemos prohibir tanto porque caemos en la "continua contradicción", sino que tenemos que orientar, guiar y acompañar. Porque lo más normal es que nuestros hijos adolescentes quieran un móvil, para relacionarse con el resto de la "tribu", que quieran salir un sábado noche, y que quieran probar todo lo que los demás hacen: sexo, botellón, tabaco... Lo importante es que estén preparados para todas esas novedades, que sean capaces de decir "no", antes de que todo se les vaya de las manos, y eso es lo difícil y ahí es donde tenemos que actuar los padres.

Los padres debemos poner límites para que el camino quede claro, pero también escuchar y aconsejar, y a veces mordernos la lengua a zascas evidentes. Debemos enseñar a nuestros hijos a elegir, a saber que hay consecuencias, que no las ponemos nosotros, sino la vida misma, y que esas consecuencias no tienen marcha atrás. Y es que todo lo que se rompe no se puede volver a arreglar. Debemos enseñarles a ser responsables de sus actos y respetuosos consigo mismos, y os puedo asegurar que todo esto es más difícil y cansado que "prohibir", pero también más efectivo que prohibir algo que tú haces.

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