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Temblores tierra adentro

Título: La batalla del agua pesada (Kampen om tungtvannet).
Creador: Per Olav Sorenden.
Reparto: Andreas Döhler, Robert Hunger Bühler, Marc Benjamin Puch.
Cadena: Netflix.
Calificación: ●●●○○

SEGUNDA GUERRA Mundial. Están los alemanes. Está Noruega y en Noruega, una fábrica que produce agua pesada. Están los aliados. Está el proyecto Uranio, nombre en clave del proyecto nuclear alemán destinado a la fabricación de la bomba atómica. Y están los sabotajes. Este es el pedacito de historia que recoge la serie noruega ‘La batalla del agua pesada’. Interesante, no solamente por acercarnos esos hechos, sino por un planteamiento en una triple trama que permite contemplar la evolución de los acontecimientos en los distintos enclaves estratéticos de la narración.

Tenemos una visión de Alemania, con Heisenberg de protagonista y con el entorno nazi moviéndose a su alrededor; tenemos otra visión de Noruega, tras ser invadida, y, en concreto de la fábrica y los avatares de la producción y tenemos, por último, un enfoque de los aliados preparando operaciones de sabotaje que, en fin, no siempre salen bien. No se trata, aunque pueda parecerlo, de una serie de acción pura, más bien, podría calificarse de acción contenida, a veces ralentizada, en favor de los desplazamientos emocionales de los personajes a lo largo de la historia. Así, no es tan importante la actividad en sí como la preparación interior de los que llevan a cabo la actividad. Hay todo un movimiento, que a veces revoluciona y, otras veces, solo produce una cierta oscilación, apenas perceptible.


Son pocos capítulos de la primera temporada, pero lo suficientemente densos como para pensar que han hecho bien en no traspasar la barrera de los seis


Mientras las cosas suceden, en este caso, la guerra, los distintos intercambios producidos en el interior de cada uno pueden conducir a caminos nuevos, pueden corroborar los antiguos o pueden darse de bruces con la encrucijada de las dudas. Son tránsitos emotivos y mentales, que se convierten, en determinados momentos, también históricos momentos, en esenciales. Las decisiones tomadas por los personajes responden a pequeñas vibraciones íntimas, que tienen que ver con todos los elementos que los componen. De esas decisiones, a su vez, dependen actos y consecuencias. Es un discurrir continuo que produce cambios, ora leves ora profundos, en la historia del mundo.

No es, por tanto, una serie fácil ni una serie cómoda. Son pocos capítulos de la primera temporada, pero lo suficientemente densos como para pensar que han hecho bien en no traspasar la barrera de los seis. No apasiona, pero intriga, y además cuenta con una característica distintiva de las series nórdicas que es la que podríamos llamar "aunque enseño poco veo mucho", algo tremendamente seductor en cuanto a tratamiento de personajes se refiere. No suelen ser protagonistas expansivos, más bien lo contrario, los héroes nórdicos. Y aunque en esta serie se muestra una interpretación coral y de diversas nacionalidades, el tono general es escandinavo. Y es ese tono el que domina la narración. El guion es bastante sólido y mantiene las riendas de las tres historias de un modo competente, quizá se podría aventurar que de una manera tan contenida que se inclina hacia lo frío.

No hay, digamos, ardor pasional por la causa, sino una decidida determinación. No es que no se produzcan en los personajes esos movimientos sustanciales que desvían sendas de la existencia, lo que ocurre es que, al producirse, se transmiten de forma sutil y acompasada con el tiempo que cada uno está viviendo. Son estallidos interiores que casi hay que adivinarlos y que, sin embargo, están. Se nota su presencia. Este detalle confiere a la serie un interés extra. Logra adivinarse, debajo de las acciones, todo un mundo subterráneo de miedos, dudas, creencias y luchas. Si se despoja a la historia de sus capas, queda en el centro algo que nos importa.

Casos raros en urgencias
Hay un programa en Dkiss que se titula ‘Urgencias Bizarras’ que es como la galería del horror de las lesiones y, al mismo tiempo, el absurdo hecho herida. Entre estas aguas nos movemos y pasamos la tarde noche de los viernes. No acabo de ver claro el propósito de este programa. ¿Qué puede llevar a alguien a interesarse por esos detalles truculentos?, ¿a quién puede interesarle contemplar la reconstrucción de esos destrozos? Si es interés médico, no es el lugar, ¿entonces?

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