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Sarah Lund y lo imposible

EL PERSONAJE de Sarah Lund en la serie danesa Forbrydelsen se encuentra, en el mundo de la ficción, entre los más inquietantes, conmovedores y tristes. Inmenso final de la tercera temporada en el que se ponen de manifiesto todos los rasgos de la personalidad de la protagonista que acaba siempre tomando decisiones que, lejos de suponer un beneficio, la hunden todavía más. Y es que, si nos fijamos bien, ella es así, no puede evitarlo. A lo largo de las tres temporadas se plantean situaciones y conflictos similares que resuelve de la misma manera. Parece el eterno retorno. No aprende y todo apunta a que va a ser igual por los siglos de los siglos. ¿Qué pasa con Sarah Lund? Pregunta fascinante. Porque está tan bien escrito el personaje, tan lleno de contenido, tan perfilado en sus matices, que su respuesta nos lleva a través de vericuetos extraños, turbadores y roza, en ocasiones muy de cerca, el escalofrío. Nada se presenta sencillo en esta protagonista que parece ser de absolutos. Desde luego, el equilibrio, la balanza y la tan socorrida lista de pros y contras, no se han hecho para ella. Tiene carácter, es inteligente y posee tan elevado sentido de la justicia, sitúa el listón tan tan alto, que nadie es capaz de seguir sus pasos. Ella se sigue a ella misma, hace caso a su instinto, se obstina, se obceca, hasta lograr lo que quiere. Como es inspectora de policía, sus errores o aciertos tienen consecuencias significativas, para mal o para bien. Pero ella no ceja en su empeño y su personalidad es como un ciclón, desarticula cualquier cosa o persona a su paso. Lo interesante del asunto es que ella no desea ser así, pero lo es. Se abre entonces una profunda grieta entre el ser público y el ser privado, se produce un desdoblamiento imposible, un desgarramiento fatal. Sarah Lund es un dilema moral ambulante.

En verdad, la mueven valores encomiables, cómo no estar de acuerdo con ella cuando, aún a riesgo de perder su vida, se enfrenta a situaciones de máximo peligro. Corroboramos su valentía en cualquier circunstancia. Su recorrido por los casos policiales tiene tintes heroicos que reconocemos al instante. Sin embargo, no es infalible, y esa terquedad característica lleva asociada la irreflexión y, por consiguiente, el error. Es lo que tiene empecinarse, una acaba por confundir la realidad con la apariencia. Todo muy platónico.

Sarah Lund representa la justicia, la verdad, el bien... y es el ejemplo de una incapacidad creciente para ser feliz. Es como si no supiera trasladar eso a su entorno más cercano, como si su interior rechazase toda posibilidad de disfrute, de regocijo, de tranquilidad y de estabilidad. Como si necesitara continuamente algo fuera de ella para ser, de verdad, ella. Y además, algo grande, una catástrofe, un asesino múltiple, cosas así. De modo que el detonante de su existencia es exterior, nunca su propia persona. Eso la lleva irremediablemente a rechazar cualquier atisbo de felicidad, cualquier oportunidad de riqueza personal, porque siempre hay algo mayor a lo que enfrentarse. No tiene tiempo para tonterías, vamos.

El problema de este enfoque es la desubicación interior que lleva consigo, tan profunda que no se contempla el final. Como si esos valores que persigue durante una investigación, no sirvieran para después. Esa es la tragedia. ¿Dónde existe, realmente? ¿Quién es cuando no está “siendo” policía? No lo sabe. Su error es creer que la verdad está en otra parte. Su vida entonces se convierte e una espera eterna en la que cada falta es imperdonable, en la que la felicidad es una quimera.

Título: Forbrydelsen
Creador: Søren Sveistrup
Intérpretes: Sofie Gråbøl, Søren Malling, Lars Mikkelsen
Cadena: AXN
Calificación: 5 / 5



Lo que tiene ser  curioso

Cazasubastas es un programa que consiste en andar por ahí rastreando trasteros abandonados y pujar por el contenido. Se forman equipos, se abre un trastero y allá van todos corriendo a elegir los objetos que creen más valiosos. La clave del programa según el presentador es: “Divertirse. Despertarse cada mañana y disfrutar de lo que haces. En el momento que no sienta curiosidad o no me divierta como ahora, me dedicaré a otra cosa”. Bien es verdad que hay gente para todo.

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