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La melancolía audiovisual

Título: STRANGER THINGS

Creadores: Hermanos Duffer

Reparto: Winoma Ryder, David Harbour, Will Wolfhardx

Cadena: Netflix

Calificación: 3/5 

STRANGER THINGS’, la última serie de Netflix sobre la que ya han corrido ríos de tinta. Perdónenme el lugar común, pero es que es a propósito. Porque no es otra cosa esta serie que un cliché de pies a cabeza, que, sin embargo, funciona, quiero decir, cumple su función, entretener. Nada más allá de un divertimento, ningún documento excepcional y sesudo, pero sí una historia, por veces entrañable, por veces terrible, que mantiene un nivel interesante en cuanto a guion, personajes y técnica. Las referencias son múltiples, cinematográficas y literarias, y se centran en la década de los ochenta, con esa estética que a unos fascina y a otros repele. ‘E.T.’ y ‘Los Goonies’ como punto de partida y como prueba de nostalgia, aparecen en escenas, planos y planteamiento de la trama, y Stephen King como narrador de mundos tenebrosos detrás de cualquier pueblecito americano, tranquilo, pacífico, encantador. Se trata entonces de una vuelta al pasado en forma de aventura adolescente, que posee todos los ingredientes de ese tipo de productos, muy del gusto popular, fáciles de digerir, amenos, aunque lo que se nos pongan en pantalla monstruos y derivados tirando a repugnantes bichos. Es parte de la gracia. Piensen en ‘Alien’, aquellas cosas babeantes que te comían en dos desagradables segundos. La criatura destinada al universo maligno es un guiño a ese octavo pasajero, y en este caso, en lugar de habitar alguna galaxia, campa a sus anchas en la otra dimensión. Por tanto, estamos ante ocho episodios de género combinado, ciencia ficción, aventuras y un poquito de terror. El toque de humor es muy a lo Spielberg, con unos personajes bien definidos y con una cualidad claramente marcada, que es la que guía al personaje. Si bien no se puede afirmar que sean el colmo de la profundidad, los protagonistas se mueven adecuadamente en sus pieles guionísticas y cumplen. 

Hay una tendencia a la baja a medida que la serie avanza, se advierte una determinación narrativa encaminada a ser eso y no otra cosa. Un pasatiempo para los espectadores melancólicos, ávidos de versiones y sucedáneos del tiempo, de la historia, que fue. La primera parte, sin embargo, mantiene abiertas las puertas del interés a un público más amplio y más heterogéneo, dispuesto a encontrar la empatía en un relato por el que, en principio, no siente ningún tipo de afinidad. 

Ayuda y no ayuda, simultáneamente, la oscuridad que envuelve a numerosas escenas; evita posibles encontronazos con seres horribles y mantiene la intriga; por otro lado, el hecho de estar un rato viendo negro invita al despiste hasta que se haga, de nuevo, la luz. Yo entiendo, de verdad lo digo, que el lado oscuro tenga que estar oscuro como boca de lobo. Pero si no aciertas a ver ni la mitad de las escenas de una serie, ni siquiera a adivinarlas, entonces qué sentido tiene ponerse a rodarlas, con todo el trabajo que eso conlleva. ¿No? Y no digamos ya el gasto, filmar la negritud. 

Salvando ese tipo de distancias, ‘Stranger Things’ resuelve con solvencia una narración que desarrolla los puntos clave de una historia encuadrada en ese multigénero ochentero que tan buenos resultados dio en su momento. Las críticas más consistentes argumentan, precisamente, que la serie no es más que un pastiche de los éxitos cinematográficos de esa década. Los fans, por el contrario, ven en esas asociaciones el preciado nexo de unión con aquel mundo que creían perdido. Otro atractivo de la serie es –también para nostálgicos– la vuelta de Winona Ryder a las pantallas. 

Pueden probar, ver (lo que está iluminado) y comentamos. 

Con solo darle a la tecla

MUY EMOCIONADA al enterarme de que ayer mismo, en Dkiss, estrenaron el programa ‘Amor al primer click’ cuyo objetivo primordial es enseñarte el dominio de las redes sociales para encontrar pareja. Parece tontería, pero no lo es porque todo tiene su técnica. El desamor, por si no lo sabíamos, depende enteramente de nuestra habilidad tecnológica. Si controlas ese mundo, tendrás tu recompensa en forma de media naranja. Yo ya me pongo a ello, rauda y veloz. Quién dijo miedo.

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