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En el origen, algo oscuro

¿POR QUÉ ‘Brief Encounters’, aunque sea previsible, es una serie con mucho que decir, mucho más compleja que su simple apariencia? Porque trata sobre la libertad. Y más aún. Sobre la libertad de las mujeres en un entorno acostumbrado a su sumisión. Y además es inglesa, lo que significa interpretaciones de nivel, ambientación perfecta y la cotidianidad como herramienta para plantear lo universal. Van ellas —un grupito, tampoco se vayan a pensar que es todo el pueblo—, y se rebelan. Y sus pequeñas luchas diarias acaban marcando la diferencia. Mientras, las conocemos, nos identificamos, las comprendemos y las apoyamos en su loca aventura. Tienen de valentía lo mismo que tiene de intrepidez la protagonista de cualquier otra historia en un ambiente similar. Todo. Porque concordarán conmigo en que no es lo mismo ponerse a ser héroe teniendo las leyes y costumbres de tu parte que erigirse en heroína del cuento cuando nadie —salvo dos o tres— había caído en que el término ser humano no solo se refería a ellos. Si al final todo acaba resultando ser un confusionismo filológico, un —aparentemente— diminuto agujero negro en el lenguaje. Nada más salir, por ahí nos vamos precipitando todas al nacer. Nos perdemos entre conceptos y definiciones, vocablos y oraciones, que acaban en insufribles parrafadas establecidas siempre por los otros, aquellos que solo aciertan a seguir con la mirada su propia imagen reflejada en los espejos. Y mira que es fácil.

Es normal, pues, que entre tanto desorden, y, una vez que se sale del embrollo lingüístico al que nos lanzan no bien emitimos nuestro primer grito, haya que disponerse a dar explicaciones eternas, que si ser humano no es que sea uno y hombre, sino una denominación genérica que engloba a la totalidad, que si esto, que si lo otro. Si es que toda la culpa la tiene el latín. Que no sirve para nada, ni el latín ni el resto de las lenguas, ni las humanidades al completo. Punto. Y que conste que esto lo sabe desde tiempo remoto el poder, que está en muchas partes y tiene múltiples formas —poder, ese término, al que también podemos llamar poderes, en plural—, pero que no compensa, porque la misma idea gestó esas mismas vidas que semejan infinitas.


El elemento inesperado no está exactamente en el planteamiento argumental sino en el significado que posee una rebelión que se inicia en el principio


Resolvemos explicar, esclarecer el malentendido. Porque somos de voluntad férrea. Se ve. Somos sísifas. Y dale que te pego con que las cosas no son así, con que hay que ampliar márgenes, con que igualdad es igualdad, con que libertad es libertad, con que justicia es justicia. Bueno, nada apunta a que esta labor pedagógica nos la vayan a pagar bien. Y mira que no es tan fácil. No hay absolutamente ningún indicio que nos haga pensar siquiera que su remuneración vaya a ser contemplada. Porque la justicia es la justicia.

Y así pasa la vida y "que la vida iba en serio/uno lo empieza a comprender más tarde", como escribió Gil de Biedma. Esto también. Y la serie, ‘Brief Encounters’, mujeres que son sísifas con sus rocas subiendo una montaña eterna, que pierden cosas por el camino, que se desesperan por el camino, que lloran por el camino. Que siguen subiendo por el camino. Aunque es comedia. Aunque es previsible. ¿Acaso la vida no es una cosa y la otra también? No solamente, pero también. El elemento inesperado no está exactamente en el planteamiento argumental sino en el significado que posee una rebelión que se inicia en el principio, en el agujero negro en forma de ciudad de provincias, en la Inglaterra de la década de los ochenta. Es allí, pero como si fuera aquí. Y es entonces, pero como si fuera ahora. Muchas. demasiadas veces. Todavía.

GUÍA PARA LOS NO INICIADOS. Bueno, cómo está el asunto ‘GH 18’ —‘Gran Hermano 18’, para los no iniciados—. Jorge Javier Váquez dice que va a ser él el presentador y punto. De hecho, dicen que le dijo a Mercedes —Mercedes Milá, que ahora es intelectual porque su programa alude a Zweig (para los no iniciados, Stefan Zweig, autor austríaco de primera mitad del siglo XX, con una autobiografía monumental titulada ‘El mundo de ayer’)-, uy. Pues que, aunque recibe críticas y eso, nada, él ahí, imperturbable.

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