¿Saben de qué se mueren los que se pierden en el bosque? De vergüenza y de chulería. Del bochorno que les da admitir su error, tragarse su ego. ¿Cómo me va a pasar esto a mí? Y cuando se dan cuenta el camino por el que transitan se vuelve más oscuro a cada paso. El mundo nunca había estado tan perdido como estos días. Nunca antes nos habían puesto a prueba de esta manera. Nunca nos habíamos visto las caras con un enemigo tan ambicioso. Y en esta historia no va a venir ningún héroe a salvarnos. Los hay, pero están en los hospitales y en los laboratorios trabajando de sol a sol y ya han dicho que para la vacuna habrá que esperar varios meses. Así que estamos solos y tenemos dos opciones: hacer lo que nos mandan o ponernos chulos y pensar que no nos va a pasar nada, que un virus no va a poder con nosotros. No sé qué va a hacer usted durante los próximos días; sé lo que voy a hacer yo y también sé lo que es perderse en el bosque. Me pasó una vez y no quiero volver a vivir la experiencia. Era un día como se espera que sea un día; el aire era limpio y el sol brillaba, pero de repente, como le pasó al mundo con el coronavirus, todo se oscureció. Entonces miré en todas direcciones. ¿Y saben lo que vi? Miedo, solo miedo.
Buscar
Comentarios