Blog |

¿Tú qué eres, un bohemio?

El día en que el Lugo busca un sustituto para Javi López, va David Vidal y se presenta en las casetas a comer el pulpo. Fue solo una casualidad, pero no me digan que no es genial. El banquillo del Ángel Carro no es para el técnico de Portosín. ¿Habrá alguno para él?

dondavid

Hace años comí con David Vidal. Uno de esos días que se quedan en el disco duro para siempre. No fue un cara a cara. Éramos muchos a la mesa y uno de ellos, para romper el hielo, le contó al técnico de Portosín mi admiración por Mágico González, quien había estado a sus órdenes en el Cádiz.

—¿Por el Mágico?, dijo, y me buscó con la mirada. Me localizó y me aniquiló con una de esas expresiones que dedicaba a sus defensas cuando arriesgaban de más con un pase. Una vez que me tuvo en el punto de mira, disparó.

—¿Tú qué eres, un bohemio?

La carcajada fue general en la mesa salvo en el caso de David Vidal, que me seguía mirando con cara de asco, y en el mío. Sólo me atrevía a sonreír.

—A Mágico González le vinieron a visitar sus padres en una ocasión desde El Salvador. Estuvieron una semana en Cádiz y no fueron capaces de verlo. Solo vivía para la fiesta, me contó, y yo, no sé por qué, me sentí culpable de la actitud del exfutbolista.

La escena sucedió en las casetas del pulpo de las cuestas del parque, justo las mismas en las que ayer domingo comió David Vidal. Sí, si no me creen échenle un ojo a la página 58 del periódico. El mismo día en que el CD Lugo se queda sin entrenador, el técnico de Portosín se pasa a disfrutar del alimento que esta ciudad lleva en el apellido. ¿Casualidad? Pues sí. Tremenda casualidad. Cuesta creerlo, pero la presencia de Vidal nada tuvo que ver con el hueco que hasta ayer había en el banquillo del Ángel Carro.

Como bohemio que soy (no lo digo yo), por un momento me hice a la idea de que David Vidal estaba en Lugo para hacerse con las riendas del equipo rojiblanco. Pero no, el puesto es para Alberto Jiménez Monteagudo, que como sucedió en el verano cuando se anunció a Javi López, provocó una búsqueda masiva en Google. A la lista que con el paso de la horas crecía y crecía ayer en las redes sociales le faltó finalmente  un nombre, precisamente el de Alberto Jiménez Monteagudo.

Los que escribimos de deportes solemos saber más de escribir que de deportes

No digo que la opción de David Vidal sea mejor que la de Monteagudo, Dios me libre. Los que escribimos de deportes solemos saber más de escribir que de deportes. El que tomó la decisión controla mucho más que yo de esto, así que nada más que decir. Lo que pasa es que con Monteagudo nunca he comido el pulpo en una caseta.

Vidal está casi sentenciado como entrenador de fútbol. Caducado, pasado de moda, como Luis Aragonés antes de hacerse con las riendas de la selección española, ser objeto de las críticas más feroces, hirientes y despiadadas... y convertirse de repente en un mito, en un espejo en al que mirarse, en un entrañable abuelo sabelotodo al que todos recuerdan con una sonrisa en el rostro.

Ganar la Eurocopa de 2008 tuvo un mérito enorme. Aragonés dio una lección de cómo hacer jugar al fútbol como los ángeles a unos chavales que no sabían que podían hacerlo. Pero antes, para muchos de los que ahora lo idolatran, era un acabado, un caduco.

David Vidal nunca voló tan alto. Siempre fue un currante más famoso por su gracia, irónicamente para su desgracia, que por su trabajo. Un entrenador que fue despedido dos veces después de conseguir el ascenso. Un caso único.

Insisto en que no estoy echando de menos su fichaje. Solo digo no me gusta que se borren de las listas a candidatos por tener una fama que en muchas ocasiones le viene puesta desde trincheras enemigas. Espero que el pulpo le haya sentado bien y que algún día sea recordado como un abuelo sabelotodo.

Pero eso sí, el Mágico era mucho Mágico.

Comentarios