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Susurros y pellizcos

Un Privata rojo
photo_camera Un Privata rojo

Ayer fue el día de la radio y hoy es el de los enamorados. Y en medio, como mezcla perfecta de ambos, se abre hueco a codazos un programa que a mediados de los ochenta marcó a la adolescencia lucense. Se llamaba Susurros y pellizcos y consistía en abrir los micrófonos a la chavalada para que hiciera pública su revolución hormonal. Uno se declaraba a la de la última fila de la clase de Historia, otra animaba a su amiga a que le pidiera para salir al guapo del equipo de baloncesto, otro aconsejaba al del jersey Privata rojo que no se acercase a la rubia de Primero H si quería conservar la dentadura. El duro día a día del instituto.

Tiempo después internet aportó a la humanidad Facebook, Badoo, Tinder, Meetic y demás vulgares herederos de Susurros y pellizcos, con cuya presentadora trabajo desde hace más de 20 años. Un día se lo recordé y no le dio ninguna importancia. No tenía ni idea de que durante aquellas tardes jugaba con el corazón de una generación de lucenses. Casi ni se acordaba, pero los verdaderos protagonistas del programa sí. O al menos ese es mi caso. ¡Cómo olvidar aquella época de primeros amores! Yo lo recuerdo todo. Hasta mi jersey favorito: un Privata rojo chulísimo.

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