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La suerte de los mamuts

Mamut hallado en Siberia. KIYOSHI OTA (EFE)
photo_camera Mamut hallado en Siberia. KIYOSHI OTA (EFE)
Los creadores de la inteligencia artificial no supieron, por lo que se ve, parar a tiempo. Ahora que está entre nosotros, advierten que esa tecnología puede poner en peligro de extinción a la humanidad. Y para evitarlo, piden que se establezca una regulación que impida que corramos la misma suerte que los mamuts. Así desde fuera, sin haber probado semejante arma de destrucción masiva, entiendo que uno de sus riesgos es que nos acostumbre a no tomar decisiones, que dejemos en sus manos las dudas que podamos tener. Contarle, por ejemplo, nuestros datos; la edad, si somos empresarios, autónomos o asalariados, el dinero que ganamos al año, la cantidad de hijos que tenemos, el lugar en el que vivimos, lo que cuesta la escuela y la sanidad privadas y, al final, preguntarle a qué partido deberíamos votar. Y que sea ella, en función del programa de los candidatos, la que busque la mejor opción para nosotros. Se podría dar el caso entonces de que el sobre con el que nos dirigimos hacia la urna no coincida; que las dos inteligencias, la artificial y la natural, entren en conflicto y dudemos cuál es el camino a tomar para que se retrase lo máximo posible nuestro destino, que es el mismo que el de los mamuts.

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