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El San Froilán de Vigo

El alcalde de Vigo, Abel Caballero, ha pulsado este miércoles el botón de encendido del alumbrado navideño. SALVADOR SAS (EFE)
photo_camera El alcalde de Vigo, Abel Caballero. ARCHIVO
En Lugo aún no sabemos si habrá barracas en el San Froilán a poco más de una semana del inicio de las fiestas y en Vigo ya tienen claro cómo será la Navidad. A Abel Caballero hace tiempo que le salen las cuentas: cuantas más luces pone, más votos tiene, así que las entrañables fechas que históricamente comenzaban con el sorteo del Gordo y terminaban con los contenedores llenos de papel de regalo el 6 de enero se han expandido en la ciudad olívica como esas rebajas de enero que llegan hasta marzo. La instalación de las luces comenzó el pasado 4 de agosto, caluroso día en el que el alcalde anunció la presencia «del árbol más alto del mundo, el muñeco de nieve más alto del mundo, una pista de esquí y dos de patinaje sobre hielo». Por si fuera poco, entre el 20 de noviembre y el 10 de enero sonarán villancicos por megafonía en 40 calles de la ciudad. Algún osado periodista preguntó a Caballero por las luces que se iban a instalar en Ourense y la respuesta fue que, en este tema, Vigo juega en la misma Liga que Nueva York o Tokio, y que su objetivo es ofrecer «la mejor Navidad del mundo». No sé si sería bueno o más bien todo lo contrario, pero me da que, con un alcalde así, en Lugo llevaríamos subidos en la noria desde el verano.