El día en que tendrían que comenzar los Juegos Olímpicos de Tokio, el pasado viernes, el Coe emitió un vídeo en el que participaban algunos de los abanderados españoles en la gran cita del deporte mundial. Entre ellos estaba el Rey Felipe, que siendo príncipe encabezó el desfile en Barcelona 92. El monarca recordó el paso adelante que dio el país por entonces y citó aquellos Juegos como el ejemplo para superar los desafíos que tenemos por delante. Mi medalla favorita del 92 fue una de tiro con arco. Tres tipos desconocidos aparecieron un mediodía en televisión y ganaron un oro por equipos con el que nadie contaba. Años después descubrí el truco. Se habían pasado un año entero encerrados, entrenando sin desmayo, con dedicación exclusiva, gracias a la importante inyección económica que el país había destinado al deporte con la idea de realizar un buen papel en Barcelona ante los ojos del mundo. Cuando el Rey habla de los desafíos que tenemos por delante supongo que se referirá a los derivados de la pandemia, así que estoy con él; hay que tomar ejemplo de los Juegos del 92 y firmar una jugada similar a la de aquellos tiradores, inyectemos dinero en la sanidad pública para poder saludar al mundo desde el podio.
