Leo que después de un montón de años se han reunido los protagonistas de ‘Friends’. Lo han hecho en una época en la que los amigos ideamos planes para juntarnos como cuando hacerlo era algo normal. Y es que este principio del fin en el que nos dicen que vivimos invita a dar por derrotado al miedo que desde hace más de un año nos corre por las venas; el mismo que nos aconseja prudencia y no cantar victoria hasta que el trofeo luzca en las oficinas del club. Así que en esas estamos, con ganas de reuniones como la de los actores de ‘Friends’, pero con el freno de mano a la vista por si detrás de una curva nos espera un disgusto, que en estos tiempos son muy dados a aparecer por todas partes. La opción más razonable es, precisamente, la más razonable; no permitir que el virus nos quite las ganas de vivir, pero al mismo tiempo tener presente que aún sigue ahí. Los desmadres no suelen traer buenas consecuencias. Miren, si no, lo que le sucedió a Matthew Perry, el que interpretaba a Chandler en ‘Friends’. Acudió al televisado reencuentro con sus viejos amigos y una semana después rompió el compromiso de boda con su novia. Tampoco es eso. Hay que dejar algo para cuando nos digan que vivimos en el final del mismísimo fin.
