Escribo esto poco después de que Pedro Sánchez declarase el estado de alarma. Hoy se hará efectivo y falta saber en qué va a consistir. Es de suponer que será duro, que implicará restricciones a la libertad de las personas y que nos hará la vida un poco más complicada. Bienvenido seas, estado de alarma. Demos gracias que la Constitución incluye su existencia y contempla su aplicación. Porque si hay algo que nos está enseñando esta crisis del coronavirus es que España no está preparada para combatirla, ni España ni ningún país. Y eso es porque están llenos de gente. La hay sensata, y mucha, el problema es que en este partido un único error en el centro del campo se paga con un descenso a los infiernos. ‘Fiesta del coronavirus’, cenita de sábado noche con los colegas, gintonic en la terracita... ¿Qué me va a pasar? Pues a ti nada, que pasas por un momento estupendo de tu vida y no hay día que no sudes en el gimnasio, pero es que no se trata de ti, ¡¡¡pedazo de cenutrio!!!, se trata de la gente que te rodea, de tu pueblo, de tu ciudad, de tu comunidad, de tu país, del mundo entero. Sí, ya sé que suena demasiado fuerte como para que lo entiendas, pero no te preocupes, para eso ya está el estado de alarma. ¡¡¡Pedazo de cenutrio!!!
