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Regreso a O Courel

Vista desde Seceda. EP
photo_camera Vista desde Seceda. EP
Hace mucho tiempo atravesé a pie O Courel con un grupo de amigos, desde Quiroga hasta Pedrafita. Dormíamos donde podíamos y las piernas, aún jóvenes, nos permitían devorar kilómetros entre risas. Recorro ahora, ya más serio, los mismos caminos y la memoria se lo pasa bien jugando conmigo. Me mueve algún pueblo de lugar, borra un río del mapa y empina las cuestas sin piedad. Pero es el mismo lugar, estoy seguro. Aburro a quienes me acompañan con historias que sucedieron por aquí hace mucho, camino de Pedrafita. No son gran cosa, pensándolo bien, pero al contarlas parece que las piernas recuperasen brío. Reparo en lo hermoso que es todo esto y me preguntó cómo es posible que no guarde un recuerdo fresco de este paisaje. De joven no te sientes parte del cuadro, te crees el protagonista; tal vez sea por eso. Hago centenares de fotos y al instante aparecen en los teléfonos de mis amigos. Esas imágenes tiene las piernas frescas y devoran kilómetros como por arte de magia. Las que sacamos aquella vez camino de Pedrafita están viejas, gastadas y no tiene cabida en un pantalla. Son mucho más lentas, pero al fondo, en el fondo, se ven los mismos paisajes; hermosos y, ahora sí, inolvidables.

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