Pido 'Sahin' en Google y me encuentro con el futbolista turco que más que pasar por el Real Madrid se cruzó con él por La Castellana. Pero no es ese Sahin al que busco. El que me interesa es Ugur, el científico que ha desarrollado la vacuna que Pfizer producirá y distribuirá a escala global para que el mundo pueda recuperar su color. Leo que nació en Turquía y que a los cuatro años emigró a Alemania porque su padre encontró trabajo en una fábrica de Ford. Es un buen inicio para el documental de Netflix en el que nos contarán la vida del hombre que nos libró del coronavirus. Pero Google no entiende de sentimentalismos. Sigo navegando y descubro que el jefe de Pfizer vendió el 60% de sus acciones de la empresa el día que anunció que su vacuna, la que había descubierto Sahin, es altamente fiable. Unos cinco millones de euros que ya nadie le quitará, incluso aunque todo fuese mentira, que no es el caso. Las perspectivas son buenas y Netflix puede seguir adelante con su documental. Lo del jefe de Pfizer ya lo adelantó en su día Rodrigo Rato: «Es el mercado, amigo». Aquí el protagonista es Sahin y su equipo, no el Real Madrid, sino el de científicos que hace que ya nos sobren varios meses del calendario.
