Veo un vídeo de Carl Sagan que me deja preocupado. Habla de las preguntas que hacen los niños y pone una de ejemplo: "¿Por qué el césped es verde?". Añade que muchas veces la respuesta es "no hagas preguntas tontas" y muestra su tristeza porque en realidad es todo lo contrario. Me deja preocupado porque me he visto muchas veces delante de ese tipo de interrogantes y no recuerdo por dónde salí. Sagan marca dos caminos que se podrían seguir: "Es una buena pregunta, no sé la respuesta, pero podríamos averiguarlo" o "nadie lo sabe, tal vez seas tú quien lo descubra". El muy genio lo que busca es que el niño se haga más preguntas, que no deje de hacérselas en lo que le quede de vida. Sagan fue quien tuvo la idea de que la sonda Voyager 1, cuando estaba a 6.000 millones de kilómetros, se diese la vuelta para fotografiar la Tierra, que se ve en la imagen como un insignificante punto azul pálido. Lo que es. Pocas fotos han generado más preguntas que esa, preguntas que aún a día de hoy se hacen las mentes más brillantes del planeta y que encuentran respuestas como "no lo sé, pero podríamos averiguarlo". Y así es como avanza la humanidad, intentando descubrir por qué el césped es verde.
