No me vale, Robe. No me sirve que vengas a tocar a Lugo. Se agradece el detalle, estoy seguro de que será un conciertazo y te deseo el mayor de los éxitos y toda la salud del mundo, pero esto no saldará tu deuda. Nos debes una despedida de Extremoduro, no lo olvides... nosotros no lo hacemos. Has sacado un discazo y tus directos son una maravilla, pero yo estoy hablando de otra cosa. Quienes tuvimos tus canciones como banda sonora de los mejores años de nuestras vidas nos hicimos ilusiones con esa gira, así que entenderás que esta visita no nos vale. Queremos volver al mundo antes de Wuhan, de las mascarillas, de Putin, del confinamiento, de los bombardeos, de los estadios vacíos, de estos días que parecen robados de una oscura serie de HBO. El lunes (14 de marzo) se cumplirán dos años del inicio de una era que sepultó otra en la que éramos ricos sin saberlo y en la que Extremoduro sonaba en los coches camino de la playa. Falta mucho para tu concierto en Lugo (17 de septiembre) y las cosas pueden cambiar hasta entonces, incluso a mejor, pero no cuentes conmigo. Sé que te importa un carajo, pero entiende que no puedo tragarme el orgullo; bastante mierda llevamos tragando desde hace dos años.
