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Al contrario que el otro

Móvil
Me he comprado un móvil porque el que creía que iba a durar para siempre ya es antiguo. O eso quiero creer para no sentirme mal. En realidad aún funciona, pero se está quedando lento en algunas cosas; saca buenas fotos, pero sin la calidad de los aparatos de nueva generación, y la batería se le gasta muy rápido. Lo paro a pensar y me da la sensación de que estoy hablando de mí, que cada vez me noto más lento, veo peor y me canso antes. A lo mejor es por eso que me siento algo raro con esta compra. Tuve el nuevo móvil en casa una semana antes de sacarlo del paquete; lo miraba y me sentía falso, como el cuarentón que se pone una camiseta ajustada pensando que con eso no van a saltar las alarmas en los pubs de moda. Pero al final me he decidido a abrirlo antes de que se convirtiese en un aparato antiguo. Y la verdad es que ha sido una sensación muy extraña; no digo que la misma que al rasgar un sobre enviado a casa por la Dirección General de Tráfico, pero tampoco parecida a la de romper el papel de un regalo de Reyes. Me cuesta explicarlo. Sí, este es más rápido, se ve todo muy bien y la batería dura mucho... justo al contrario que el otro... justo al contrario que yo.

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