A España le faltaban luces, pero de ese problema ya se ha encargado el Concello. El parque de Lugo, el Rosalía de Castro, el Parque, cumplirá el 2 de julio 100 años y el gobierno municipal se ha marcado el objetivo de vestirlo para la ocasión. Entre los lugares a mejorar se encuentra un mapa de la península Ibérica que, desde niño, es uno de mis lugares favoritos de la ciudad. De pequeño alucinaba con su tamaño, el relieve de las montañas y el agua que corría por los ríos, pero, sobre todo, porque estaba enjaulado cual tigre siberiano. Eso le imprimía una carga de misterio, como si dentro habitase algo peligroso. Hace poco estuve por allí y a unos críos casi les cae la pelota dentro. Por un segundo se me paró el corazón solo de pensar en aquel pobre esférico, pero por suerte rebotó en la valla y los chavales siguieron jugando ajenos a lo cerca que habían estado de la tragedia. Aproveché y me acerqué para ver cómo seguía el mapa. Lo hice despacio, con respeto, y allí estaba España, como siempre, sin luces en los huecos de cada capital de provincia. Pero ahora leo esperanzado que el Concello ha puesto una luz led en cada uno de ellos. Prometo que haré todo lo posible por verlo antes de que regresen las tinieblas.
