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A ras de suelo

Proc/JFIF/EFE-Calidad:Excelente

Es posible que esté usted cansado de escuchar eso de que con el confinamiento se oye cantar a los pajaritos. Sí, es probable porque todo aburre, hasta la belleza. Como también lo es que los pájaros llevasen mucho tiempo hasta las narices de oírnos a nosotros. Creo que nadie disfruta tanto de esta situación como ellos. Cuando vuelva lo que conocemos como normalidad echarán de menos el efímero reinado del que disfrutan y las miradas envidiosas que les echamos. Los veo tan dichosos que hasta he pensado en la posibilidad de que estén planeando un ataque masivo para cuando salgamos de casa. Vale, no sucederá, pero prueben a ver la película de Hitchcock. Yo me alegro de vivir en el interior, pues de todos los pájaros al que más miedo le tengo es a la gaviota. Se lo tengo en la playa, como para imaginarla en pleno escuadrón de guerra. Hombre, un vencejo en picado asusta, y un picotazo de una cigüeña en según qué parte también impone respeto, pero creo que tendríamos más opciones de sobrevivir que en la costa. También serían peligrosos los buitres, pero con esos ya estamos acostumbrados a convivir a ras de suelo, sobre todo en épocas de muerte, como esta, que es en las que más abundan y más asco dan.

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