Blog | El periscopio

Una solución sorprendente

MUCHOS SE han sorprendido al conocer el informe realizado por el Eixo Atlático sobre la situación del ferrocarril en la provincia de Lugo. No ha sido tanto por el estado que presenta ni por los tiempos de viaje, algo que es de sobra conocido por todos los que alguna vez hayan cogido un tren para, por ejemplo, ir de Monforte a A Coruña. El viaje se hace por una vía que data de 1875 y que apenas ha sufrido modificaciones desde entonces, siendo la más significativa la variante de A Pobra de San Xiao, cuya propuesta se remonta al año 1999 y que aún no ha entrado en servicio.

Como decía, ir desde la ciudad del Cabe a la herculina es casi un suplicio por las dos horas y media de dura el viaje, a razón de 80 kilómetros a la hora. No menos tortura es trasladarse de Lugo a Ourense. Cubrir 117 kilómetros significa en tiempo 95 minutos en un tren que se mueve a una velocidad media de 74 kilómetros a la hora. Estos datos lo dicen todo sobre la situación de la red ferroviaria provincial.

La sorpresa ciudadana ante el estudio del Eixo, insisto, no ha sido por tales realidades, sino por la afirmación de que con 650 millones de euros se puede mejorar la vía que une Lugo con Ourense y que el viaje tuviese una duración de una hora.

La solución es tan sencilla como realizar dos variantes. Una sería entre Os Peares y Canabal, con la construcción de un túnel de 8.750 metros y un viaducto sobre el río Cabe de 315 metros de longitud. La segunda sería en Rubián, en el municipio de Bóveda, de casi 13 kilómetros, con tres túneles de 606, 5.325 y 400 metros, respectivamente, y tres viaductos, dos de 50 y uno de 250 metros.

Con esta actuación, que supondría en un plan quinquenal 130 millones de euros por año, un vecino de la capital lucense se plantaría en un plis plas en Ourense, donde tendría la oportunidad de subirse a un tren Ave y plantarse en Madrid en un tiempo total de viaje de tres horas y media.

Esta es la solución aportada por uno de los mayores especialistas en materia ferroviaria de España, el catedrático de la Universidad de A Coruña Miguel Rodríguez Bugarín, para que los vecinos de esta provincia tengan a mano un servicio acorde a los tiempos en los que vivimos, no un tren del siglo XIX.

Los responsables del Eixo, de la Diputación y de los ayuntamientos de Lugo y Monforte han calificado de viable y asumible el plan, sobre todo atendiendo a la inversión necesaria, que si ustedes me apuran un poco hasta podría calificarla de ridícula ateniéndonos a los precios de otras infraestructuras.

Y es que no se está hablando de crear un nuevo trazado para trenes que vayan a 330 kilómetros por hora, solamente de hacer una serie de modificaciones en la vía actual para que una locomotora pudiese desarrollar velocidades de entre 160 y 220 kilómetros por hora para llegar a Ourense en un tiempo aceptable y enlazar con el Ave a Madrid.

Sí. La solución es enormemente sencilla y económica, pero como sucede casi siempre hay que contar con la tan necesaria voluntad política. Sin ella no hay solución ni para el tren lucense ni para nada.

El presidente de la Diputación de Lugo y los alcaldes de la capital y de Monforte han anunciado que buscarán apoyos por todos lados para que el Gobierno central tengan en cuenta este proyecto vertebrador para una provincia que a nivel de infraestructuras ferroviarias ha sido la gran olvidada. Solo un ejemplo: la línea Monforte-A Coruña es la única de Galicia que no está electrificada.

Deudas históricas aparte, el ministerio del ramo debería hacer examen de conciencia y ver con claridad que se está hablando de una solución posible, viable, realizable, con un coste infinitamente menor que el necesario para rescatar las cajas de ahorro gallegas, que nos costó 6.000 millones de euros y agrupadas se vendieron a precio de saldo.

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