Blog | El periscopio

Un barco a la deriva

EL FÚTBOL es una fuente constante de alegrías y de penas para los aficionados, pero también una fuente casi inagotable de cotilleos, Quién no ha leído en más de una ocasión temas de desavenencias entre jugadores, técnicos y juntas directivas que se aderezan de tal manera que los lectores acaban enganchándose al culebrón, dando paso a interpretaciones y opiniones de los aspectos más oscuros que envuelven lo sucedido y que comparten con sus amigos o conocidos tomándose una caña.

Un amigo mío, Antonio, él muy amante del mar, tanto que hasta dispone de una pequeño barco que tiene atracado en un puerto de la provincia de A Coruña, me comentó días atrás, utilizando términos marineros, la situación que atraviesa el centenario Club Lemos, Sus opiniones son certeras y las suscribo totalmente.

Dice que la situación política de nuestro país es complicada, confusa, revuelta, pero comparándola con la que atraviesa el Lemos la podríamos hasta calificar de normal.

"Lo del conjunto lemista tiene tela marinera. Es un barco a la deriva", asevera, en el que hay "un capitán que ejerce el aquí se hace lo que diga yo con dos contramaestres que obedecen las órdenes sin cuestionarlas". En cuanto a la tropa de marinería, manifiesta que es "una plantilla foránea que llegó al puerto de A Pinguela porque en la mayoría de los mares no tenía donde pescar". Incluso, duda de que hasta conozcan este arte.

En cuanto a los entrenadores, los timones del barco, mi amigo dice que no hay manera de que acaten las órdenes del capitán "optando por quedarse en tierra antes de iniciar la travesía". En efecto, primero fue Charly y ahora Veiga, técnicos que han renunciado al cargo de forma consecutiva a dos semanas de empezar la faena.

Lo que parece más que claro es que algo pasa en el Lemos, sin que "los accionistas de la naviera tomen cartas en el asunto, como si la situación del barco no fuese con ellos. Como mucho, se limitan a realizar comentarios en las tabernas del puerto", destaca Antonio.

La situación del Club Lemos es realmente preocupante ante la pasividad de los socios

Añade que desde que el actual "capitán cogió el mando el barco corre serio riesgo de hundirse ante la pasividad de los accionistas y con una seria amenaza de deudas a proveedores, marineros e incluso al propio capitán, aunque esto último, a estas alturas, no debería sorprendernos".

Y es que el actual Lemos es un club sin directiva, sin entrenador, sin jugadores de la comarca y, lo que es peor, sin futuro.

Además, apunta mi amigo, "el camino marcado por el capitán no invita precisamente al optimismo".

En otros casos, como en el de la Sociedad Deportiva Chantada, la marinería se amotinó contra el capitán del barco al no compartir sus decisiones y tener serias dudas hacia dónde quería llevar la embarcación. El resultado del motín fue la marcha del capitán, pero también de algunos marineros, que recalaron en O Saviñao, en el Atlético Escairón, donde el que lleva el timón aprovechó la marejada chantadina para completar, que no sabemos si enriquecer, su plantilla.

En el club de Escairón parece que hay calma chicha, pero no es tal. También padece convulsiones, como el desencuentro entre el director deportivo y el que era su jugador y entrenador. Vivieron momentos mágicos, casi un idilio, tal que hasta el jugador-entrenador fue incluido por el responsable técnico de la entidad, y a la vez alcalde de O Saviñao, en las lista del Partido Popular de las pasadas elecciones locales, obteniendo el acta de concejal.

Como el amor no es eterno, el idilio se rompió y el concejal-entrenador-jugador se trasladó de puerto y se enroló en el barco que mi amigo Antonio dice que va a la deriva, dirigiéndose muy peligrosamente hacia las rocas que pueden romperlo en pedazos.

Sí, al menos somos dos los que compartimos la opinión de que el histórico Club Lemos puede llegar a disolverse.

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