Blog | El periscopio

La táctica del y tú más

PP y BNG de Monforte se enzarzaron en una discusión por facturas impagadas

UNA DE LAS tácticas más utilizadas por el ser humano para salir al paso de ataques o críticas de los demás es responder con un «y tú más». Es una respuesta defensiva que en el panorama político actual se ha vuelto tan frecuente que no es posible ver un debate en el que no aparezca esta estrategia.

Aunque sea un método de reacción bastante infantil, es cierto que deja al oponente desarmado la mayoría de las veces, pues el que más o el que menos ha tenido algún comportamiento o actitud errónea o mejorable. También hay que entender esta táctica como un modo de resistencia.

Es algo que también sucede a menudo en las discusiones de pareja, cuando los dos miembros se dedican a lanzarse acusaciones, normalmente en escalada, sin resolver nada.

Esto viene a cuento porque tal forma de actuar la pudimos presenciar el pasado lunes en la sesión plenaria que celebró la corporación municipal, a cuento de unas facturas que el BNG, anterior equipo de gobierno, dejó en el cajón sin pagar.

Los populares, que están en la oposición al igual que ahora los nacionalistas, se enzarzaron en una discusión que por momentos tomó tintes de pareja. Desde el PP acusaron al BNG de haber gastado entre 2014 y 2015 con reparos de los servicios de intervención la nada desdeñable cantidad de 400.000 euros, asegurando que parte de ese dinero se destinó a actuaciones que tenían fines electoralistas.

La exconcejala de la hacienda local María Xosé Vega respondió a la acusación con un y tú más, recordando que cuando en el año 2003 llegaron a la alcaldía de Monforte se habían encontrado numerosas facturas impagadas dejadas en un cajón por el popular Nazario Pin, pero también "un burato contable" de 2,9 millones de euros por impuestos y tasas de todo tipo que no se cobraron entre los años 1995 y 2002.

Mientras populares y nacionalistas se enzarzaban en una discusión que subía de tono por momentos, el alcalde José Tomé y sus compañeros de grupo se miraban unos a otros, incrédulos ellos, ante tal espectáculo en el que, por cierto, no quisieron participar. Para qué hacerlo si la cosa no iba con ellos, debieron pensar, así que dejaron que siguiesen con su riña de pareja malavenida los otros dos.

Fue el PSOE el que hizo las veces de consejero matrimonial, puso fin a la discusión con el argumento de que los tiempos de intervención se estaban agotando y propuso asumir esas deudas dejadas por el anterior gobierno (sin valorar si eran justificadas o responsables) por aquello de que no sería estético que pudieran acusar al Ayuntamiento de moroso.

Donde no hubo casi discusión fue a la hora de acordar destinar 238.000 euros a la renovación total de la red de abastecimiento de agua de las calles Irmáns Dapena, Corredoira y José de Garabantes. Todos los grupos son conscientes de que la paciencia se les está acabando a los sufridos vecinos de estas calles del entorno del hospital comarcal que día si y día también o no tienen agua o sale un hilo de los grifos de sus casas.

El Ayuntamiento asume esta obra porque la concesionaria del abastecimiento, Aqualia, no ha querido. No quiere saber nada de gastos, pero sí de ingresos, pues ha solicitado que se le pague más dinero al haber un desequilibrio económico-finaciero de la concesión.

Los concejales se negaron porque, entre otras cosas no menos importantes, esta empresa no ha presentado nunca una auditoría de sus cuentas, por lo que malamente se puede saber si ganan o pierden.

Y como dicen que por pedir que no quede, Aqualia también reclamó que se le pague más por la atención de la nueva estación potabilizadora, ya que incurre en más gastos que cuando funcionaba la antigua, algo que también fue rechazado por los ediles pues, en estos momentos, Aqualia es el enemigo común a combatir.

Los independientes de Esperta Monforte han querido abrirnos los ojos sobre la situación sanitaria del agua del río Cabe y nos han asegurado que, por ejemplo, en Ribasaltas, hay presencia de unas bacterias llamadas coliformes fecales. Su existencia hace que el baño no sea seguro ya que una pequeña ingesta accidental de agua nos causaría con casi total seguridad problemas estomacales.

La presencia de estas bacterias en el río Cabe es conocida desde hace décadas, pues también es sabido que hay bastantes tuberías que vierten residuales al cauce desde la zona de Ribasaltas hasta que el río abandona el municipio monfortino.

A muchos esta circunstancia no les importa y siguen bañándose en el Cabe, como en la zona de Vilanova, pero sí es determinante para que las autoridades sanitarias no aprueben la apertura de una playa fluvial o zona de baño oficial. O eliminan todos los vertidos contaminantes al Cabe o no tendremos playa, con lo cual se puede decir sin miedo a equivocarse que no tendremos playa.

Por fin llovió en la Ribeira Sacra. En la madrugada de ayer cayó una buena cantidad de agua producida por una tormenta de verano. Se precipitó abundantemente sobre el suelo, sin viento, como un típico aguacero de mayo. Tuve la suerte de disfrutar de este fenómeno meteorológico desde una terraza sentado en un sillón, sin mojarme, pero los que realmente disfrutaron de él fueron los viticultores de la Ribeira Sacra, que empezaban a mostrar preocupación por el estrés hídrico que sufrían las cepas después de casi tres meses sin que cayese una gota de agua. Sí, fue un aguacero, pero servirá para que las uvas hinchen, cojan agua y que la cosecha de este año gane en calidad, pues la mencía, uva mayoritaria en la Ribeira Sacra, no entiende de sequía.

Sea como fuere, días atrás el presidente del consejo regulador de la denominación de origen de estos vinos indicó que la suerte que tenemos los consumidores de Ribeira Sacra es que cada año probamos un vino distinto, en función el clima de la temporada.

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