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Ha venido para quedarse

El envejecimiento poblacional es un serio problema que afecta a la zona sur de Lugo

ME HA IMPACTADO sobremanera lo afirmado días atrás por el Grupo de Investigación del Envejecimiento del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (GIE-CSIC). Asegura que el envejecimiento poblacional ha venido para quedarse y que no lo vamos a arreglar de ninguna manera porque no tiene solución. Dicen que hay que olvidarse de buscar recetas e invertir recursos en cambiar esta realidad demográfica para, en cambio, centrar los esfuerzos en adaptar las estructuras del Estado de bienestar a esta realidad.

No nos engañemos. Esta situación es fruto de varias causas, como la mejora de las expectativas de vida y de los modelos económico y social de los que disfrutamos.

Si las expectativas no son nada halagüeñas para el conjunto de España y en especial para Galicia, dentro de nuestra comunidad autónoma aún hay zonas en las que el problema del envejecimiento poblacional es todavía más alarmante. Es el caso de la Ribeira Sacra, donde la población mayor de 65 años representaba el 36 por ciento de la población total.

Pero si tal porcentaje es preocupante, la situación es aún peor en tres municipios del sur lucense. Son los de O Courel, Pantón y A Pobra do Brollón.

Utilizando el llamado índice de envejecimiento (la referencia es 100 por cada menor de 19 años), en el territorio courelés alcanza 930, que es lo mismo que la existencia de nueve mayores de 65 años por cada joven de hasta 19. Y es que es uno de los ayuntamientos más castigados tanto por el envejecimiento poblacional como por la emigración. En 20 años ha perdido 615 residentes, pasando de los 1.704 vecinos que tenía en 1996 a los poco más de mil actuales. Además, solo cuenta con 41 niños menores de 15 años.

Pantón también destaca en este índice, que es de 709, con casi la mitad de sus vecinos por encima de los 65 años y con únicamente 134 menores de 16 años. Además, perdió un millar de residentes en 20 años.

El trío de los ayuntamientos más castigados por el envejecimiento lo completa A Pobra do Brollón. Su índice es 627. Tras perder en dos décadas nada más y nada menos que 1.100 vecinos (en la actualidad cuenta con 1.794), solamente dispone de 89 menores de 16 años.

Tienen razón los del GIE-CSIC de que esta situación no se puede paliar con la natalidad. ¿Cuantos hijos tendría que tener una pareja para revertir el envejecimiento poblacional? Pues dicen los estudiosos que una medida de doce, algo totalmente impensable en una sociedad en la que resulta imposible mantener tal prole a no ser que se disponga de una economía familiar más que saneada tanto para criarlos como para atenderlos, pues no nos engañemos, tanto los salarios existentes como las escasas posibilidades existentes para compaginar trabajo y familia y la arraigada idea de una vida cómoda, sin demasiadas ataduras, hacen impensable tener más de dos hijos por pareja. De hecho, con tres ya se considera familia numerosa.

Otro factor no menos importante a tener en cuenta es el escaso futuro que puede atisbar un joven de 18 años en nuestra comarca. Aquí escasea el empleo, si no miren ustedes los índice de paro que se dan en la zona, también alarmantes, por lo que la única salida es emigrar a otros territorios en busca de trabajo, lo que propicia pérdida de población joven y aumento del índice de envejecimiento, que como bien dicen los estudiosos ha venido para quedarse.

No le demos más vueltas y, como añaden estos técnicos en sociología y demografía, vayamos pensando en cómo se puede mantener una sociedad envejecida, pues al paso marcado más pronto que tarde buena parte de la Ribeira Sacra será como un gran geriátrico.

Por cierto, en las comarcas de Chantada, Quiroga y Terra de Lemos solo hay 700 plazas en residencias de mayores para 18.000 vecinos que sobrepasan los 65 años.

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