Blog | El periscopio

El caso de la obra pública

ANDABA DÍAS atrás dándole vueltas al tema que debía procurarme la suficiente sustancia como para llenar este espacio cuando tuve un momento de inspiración, como se denomina a esa lucidez repentina que siente una persona y que favorece la creatividad, la búsqueda de soluciones a un problema o la concepción de ideas que permiten emprender un proyecto, especialmente la que siente un artista y que impulsa la creación de obras de arte. Este no es el caso, pues de artista, en el sentido literal de la palabra, en sus seis acepciones, no tengo nada.

Metámonos en faena. La idea que desarrollaré será la diáfana y clara convicción de la existencia de una gran cantidad de chapuceros que se hacen llamar constructores. Veamos varios ejemplos.

El Ayuntamiento de O Saviñao ha tenido que recurrir hace poco a subvenciones públicas para arreglar una serie de deficiencias detectadas en la casa consistorial de este municipio. Hay humedades en el inmueble que precisan ser eliminadas. Hasta aquí todo parece normal, pero no lo es si tenemos en cuenta que la casa del pueblo solo tiene 20 años de antigüedad. Inaugurada poco antes de las elecciones locales de 1995, pronto se supo que el remate del edificio dejaba mucho que desear, pues pocos meses después de entrar en funcionamiento el agua entraba en su interior.

El alcalde Joaquín González reconoció tal extremo y explicó que la empresa que había ejecutado los trabajos había tenido problemas de viabilidad y que el proyecto se ejecutó más o menos como se pudo.

Las administraciones no controlan la ejecución de sus proyectos y luego pasa lo que pasa

Si nos desplazamos hasta Monforte podemos ver dos casos semejantes, de defectos en obras públicas. Uno es el de la plaza de abastos, donde se gastó la nada despreciable cifra de 800.000 euros para renovarla totalmente. El resultado fue que en la zona que ocupan los placeros los remates dejaron mucho que desear, por no hablar de lo mal que quedó el espacio destinado a cafetería, abandonado por el arrendatario cansado de padecer un gran número de deficiencias que hacían casi imposible realizar su trabajo con dignidad y calidad.

Otro es el nuevo paseo fluvial del cabe, el que se inauguró a finales del pasado mes de junio. El alcalde monfortino ha hablado con la Confederación Hidrográfica Miño-Sil para que soluciones algunos defectos constatados, como no haber retirado árboles secos caídos en el cauce. Se creía que otro era la falta de iluminación, pero nos han explicado que no, que al tratarse de un sendero no es necesario dotarlo de luces públicas. Ya saben, si se les ocurre ir de noche a dar un paseo llévense una linterna.

Y sin marcharnos de Monforte, los jóvenes que han alquilado pisos a la Xunta de Galicia en el restaurado antiguo hotel Comercio se han quejado ante la administración gallega de que la constructora entregó la obra sin dejarla completamente rematada y tres años después de ocupar estas viviendas que presentan variados defectillos no han recibido contestación.

Todo ello demuestra que hay más Pepes Gotera y Otilios de lo imaginable y que las administraciones públicas que contratan los trabajos no ponen en marcha los mecanismos necesarios para que el remate del proyecto se ejecute a lo marcado.

Si lo hiciesen no tendrían que acabar echando mano a la cláusula del contrato que les permite incautar la fianza puesta por el constructor, dinero que la mayoría de las veces no llega para arreglar los problemas constatados y ello siempre que la obra aún se encuentre en garantía.

Lo único que realmente perdura, por lo que no pasa el tiempo ni se ve afectado por las inclemencias atmosféricas, son los grandes carteles que se colocan para que el vecindario sepa que administración ejecuta el proyecto, el coste que tendrá y el periodo durante el que se prolongarán los trabajos. En este caso sí que usan materiales de primera calidad, si no, fíjense ustedes. Hay montones de esos carteles.



Cómo llenar la Ribeira Sacra de turistas en otoño
La dinámica gerente del consorcio turístico de la Ribeira Sacra ha dado a conocer una serie de actividades a desarrollar durante el próximo mes de octubre que tienen como fin desestacionalizar el flujo de visitantes. Las propuestas pasan por rutas de senderismo en una época del año, el otoño, en el que el paisaje se tiñe de una gama de colores que convierten el territorio en una verdadera obra de arte natural; por un taller de fotografía y por salir al campo a recoger setas y castañas.

Esto último puede sonar un tanto extraño. ¿Pero en realidad hay alguien que se apunte a lo de las setas y las castañas?, se preguntarán. Seguro que sí, vista la gran acogida que ha tenido el Viñobús que está en marcha. Las previsiones se han desbordado y son decenas las personas interesadas en participar en la vendimia y ver como es el trabajoso proceso de elaboración del vino en esta denominación de origen en la que la viticultura es entendida por muchos como heroica.


Segundo concurso de ideas para jóvenes emprendedores

Desde el mes de marzo, hace seis meses, no sabíamos nada de la asociación Esperta de Monforte, aquella que se había creado por indicación de dos o tres personas a las que le había tocado el Gordo del Niño en 2014 y que deseaban que se involucrasen otros como ellos para llevar adelante planes solidarios.


La iniciativa no cuajó, pero nació otra de la mano de esta agrupación y con el apoyo de 16 firmas empresariales a nivel nacional. Me refiero a la creación de un concurso de proyectos empresariales, dirigido a jóvenes emprendedores. La cosa cuajó y en marzo se conocieron los tres mejores planes. El ganador fue una aplicación para la compra y venta de madera a través de internet que, dijeron desde Semente de Monforte, está en fase de desarrollo.


Pues bien, en octubre se convocará la segunda edición de este concurso, por lo que si alguno de ustedes tiene una buena idea es el momento de comenzar a desarrollarla para presentarla y ver si es el afortunado elegido.

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