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Trabajos de amor perdidos

Trabajos de amor perdidos, de William Shakespeare
Dirección: Tim Hoare- Rodrigo Arribas
Adaptación: José Padilla
Diseño de escenografía y vestuario: Andrew D.Edwars
Elenco: Javier Collado, Montse Díez, Jesús Fuente, Alicia Garau, Jorge Gurpegui, Julio Hidalgo, José Ramón Iglesias, Alejandra Mayo, Sergio Moral, Raquel Nogueira, José Luis Patiño, Anabel Maurin, Pablo Vázquez.

Difícil propósito del Rey de Navarra y sus tres caballeros: dedicar tres años al estudio y al conocimiento en medio de la abstinencia, el ayuno y el insomnio. La promesa duró el tiempo que tardaron en aparecer la princesa de Francia y sus damas. Cupido tuvo un lanzamiento certero y juntó, sin equivocación, cada dama con su caballero. Sin embargo, ellas no estaban muy crédulas en el amor masculino y dieron inicio a sus juegos de amor burlesco. Con esta trama, William Shakespeare, creó una de sus primeras comedias Trabajos de amor perdidos. La Fundación Siglo de Oro en asociación con el Shakespeare's Globe Theatre recrea una historia adaptada por José Padilla con un trabajo actoral excelente. Los personajes encajan como un puzzle entre los movimientos que asaltan todo el espacio escénico y los diálogos perfectamente compenetrados. Damas y caballeros utilizan un léxico extenso y rico, un lenguaje lleno de metáforas y juegos semánticos con doble sentido. No en vano, algunos estudios como el del profesor Philip Davis de la University of Liverpool´s School of English apuntan que Shakespeare había desarrollado un lenguaje que eleva nuestros niveles cognitivos. En definitiva, que leerlo, o en este caso escucharlo, nos puede hacer más inteligentes.

En todo caso, cierto o no, se agradece escuchar esta riqueza de léxico entrelazado que provoca tanto comicidad como harmonía. Lo mismo que los personajes que se mueven por los espacios con una seguridad que hace, hasta creíble, un juego burlesco y exagerado. La adaptación de Julio Padilla hace partícipe de este juego al público con varios anacronismos durante la función: las mujeres fumando y pasándose el pitillo o haciéndose todo el grupo una rápida foto de recuerdo. Con estos dos flashes el factor "sorpresa, sorpresa" está conseguido. Julio Hidalgo, interpreta a un rey de Navarra con una personalidad propia, diferenciada por su acento y que es capaz de reír o llorar con la misma intensidad contenida. El contrapunto lo encontramos en Costra, un campesino que habla y se mueve con frescura. Sus gestos lo dicen todo, sus movimientos corporales nos hablan tanto de él como sus palabras. La escenografía es sobria pero efectista. Su creador Andrew D. Edwards consigue que unos cuantos postes de madera entrelazados por cuerdas nos evoquen tanto los salones de palacio como la verde campiña.

Fundación UNIR de la Universidad Internacional de La Rioja hace una buena apuesta por el teatro desde la propia Universidad. Patrocina esta obra en unión con la Fundación Siglo de Oro y Shakespeare's Globe Theatre. Este montaje forma parte de los distintos homenajes mundiales dedicados al autor británico en la conmemoración del 400 aniversario de su fallecimiento.

En definitiva, hemos visto, un texto rico, buena calidad interpretativa, un ritmo ágil que no decae en ningún momento y una comedia que levanta carcajadas. No se puede pedir más para un buen sábado de teatro en el Auditorio Gustavo Freire y la Mostra de Teatro Clásico de Lugo.

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