Blog | FAN ZONE

Cola de león

DEJA ESTA temporada un regusto bastante amargo, como de querer empezar otra vez para no repetir los mismos errores. La realidad es que la liga, simplemente, nos pasó por encima. La ilusión y las ganas no bastan, y cuando no te sobra el dinero, tienes que hacerlo todo mucho mejor que los demás porque la suerte puede ayudarte en un final igualado, pero no te lleva a ese final igualado. Deportivamente, ha sido un año agónico. Un quiero y no puedo constante, un agotador remar contracorriente. Una sensación de que, a pesar de todo, con un par de piezas más, todo podría funcionar. Pero una de las piezas se fue en diciembre, y la que vino en abril duró poco. Aun así, hubo intensos momentos de pura pasión celeste, en esta historia de amor colectiva que es el Breogán, y que algunos jugadores han entendido como nadie. Momentos vividos por primera vez por muchos aficionados, quienes nunca se librarán ya del hechizo que los acompañará, para bien y para mal, durante el resto de su vida. Momentos que otros ya empezábamos a olvidar. Socialmente la experiencia ha sido un rotundo éxito, la imagen del Pazo y de la afición ha sido extraordinaria. Y la gestión de las redes sociales, el fenómeno Maximus, la animación y la locución durante los partidos, difícilmente mejorable.

Económicamente hemos visto que esta ACB ya no es como la de antes de la crisis —nada es realmente como antes de la crisis—. Haciendo las cosas bien, la permanencia no es una quimera para nosotros. La diferencia entre los equipos que juegan primera o segunda competición europea y el resto es abismal. Pero justo un escalón por debajo está nuestro lugar natural. Unas temporadas será en ACB y otras en LEB. La estructura social para ello —la afición— es ‘Premium’ y la tenemos de serie. La estructura societaria ha dado grandes pasos en estos dos últimos años, pero todavía insuficientes. Necesitamos una SAD fuerte, estructurada y profesionalizada, que sea capaz de soportar las inevitables tensiones del tránsito entre ACB y LEB, propias de un equipo ascensor que, siendo realistas, es nuestro objetivo más cercano. No es nada fácil de conseguir, pero estamos en el camino.

Camino en el que, por cierto, podemos y debemos participar, comprando acciones en la medida de nuestras posibilidades. Desde el último descenso hemos arrastrado un déficit elevadísimo, que nos ha lastrado durante un decenio. Hemos conjurado el riesgo de desaparición, que hace unos años estuvo muy cercano, y ahora es el momento de dar el siguiente paso adelante, ese paso que nos permita volver a ser pronto cola de León.

Comentarios