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El portazo de la industria

De nada sirve a estas alturas buscar culpables de los cierres; es la hora de exigir alternativas

Como una profunda borrasca instalada en el norte de Galicia, la crisis industrial firma cada semana un capítulo. Turno ahora para Endesa en As Pontes, que se suma al cierre de Gamesa en As Somozas o al de Naturgy en Meirama. Al fondo, todavía lejos de resolverse, el conflicto de San Cibrao, en manos de Alcoa y la Sepi. Todo son palabras gruesas estos días para valorar el portazo de la eléctrica en manos de la italiana Enel. La ofensa por el cierre de As Pontes transita desde la crítica por la deslealtad de la decisión a la acusación de falsedad por los argumentos que la sustentan.

Sin embargo, a estas alturas, el anuncio de Endesa suena a la última hoja por arrancar de un calendario que hace tiempo era conocido por todos. Guste ahora o no, en los últimos meses han sido demasiados los mensajes que llegaban desde la eléctrica sobre la escasa viabilidad de las pruebas de los biocombustibles y lodos como recurso energético alternativo. Lo cierto es que Endesa deja el carbón en As Pontes como lo hace en toda España. Y como Enel, su propietaria, lo viene realizando en Italia y en otras latitudes con presencia de sus térmicas, aunque claramente a distinto ritmo. ¿Por qué As Pontes iba a ser una excepción? Pensar ahora que la decisión de la multinacional es reversible, cuando hace más de un año solicitó oficialmente el permiso para proceder a la clausura, dentro de un proceso de descarbonización global, no nos llevará a ninguna parte.

Ante este crítico brete, hay dos opciones: podemos seguir con el autoengaño, comprando y vendiendo tiempo y plazos mientras decidimos la cuota de culpa que le atribuimos a Endesa o al Ministerio para la Transición Ecológica. O bien exigir, más allá de concursos de ideas y eslóganes, alternativas viables, serias y rentables, para garantizar un futuro industrial para toda una comarca. Porque las hay.

La clave de bóveda que permitirá construir un futuro industrial en Galicia, sea en As Pontes, en As Somozas o en cualquier otro polo, está en el recurso y las condiciones. Por algo somos una potencia forestal y maderera, pesquera y conservera, eólica e hidráulica, láctea y agroalimentaria. Porque contamos con el recurso. Ese que dejaron de tener las térmicas de As Pontes y Meirama cuando se cerraron las minas y se acabó la antracita, la hulla y el lignito, y hubo que importarlos. Son muchos los factores que propician el fin del carbón en Galicia, pero algo es seguro: la apuesta por un modelo energético renovable es casi una imposición, y urgente, si atendemos a los incentivos que tenemos delante. Ahí están los fondos de reconstrucción europeos y los criterios de sostenibilidad en los que se inspiran. De momento, tanto en el caso de Endesa en As Pontes como en el de Naturgy en Meirama, la hoja de ruta conocida pasa por millonarias inversiones en el negocio eólico precisamente para seguir ganando dinero en Galicia. Lo demás son compromisos vagos, sin definir y mucho menos cuantificar. Ni de lejos es suficiente.

Sin embargo, algunas opciones industriales alternativas se han puesto sobre la mesa en el último año para el caso de As Pontes. Y se han impulsado desde las administraciones local y autonómica. Otras que se manejan en la actualidad con la vista puesta en la captación de fondos europeos también encajarían como un guante para una comarca en obligada reconversión que no ha aprovechado del todo los fondos públicos para las áreas mineras, al ser As Pontes eminentemente transformadora.

La vieja aspiración de que Galicia cierre el ciclo productivo del papel ha estado en los despachos en el último año. La instalación de una papelera en As Pontes, que ya en la década de los noventa se planteó con nombres y apellidos, ha vuelto a moverse desde el sector público en este tiempo. Pasaría por la implantación de uno de los grandes grupos papeleros a los que Ence suministra celulosa.

Y quizá el proyecto tractor más ambicioso y avanzado de cuantos se han planteado hasta ahora, que opta a los fondos de reconstrucción, también sea una oportunidad para As Pontes. Se trata de la fabricación de fibras textiles a partir de la madera. Todos miran a Inditex para esta millonaria inversión. As Pontes, Ortegal y todo Ferrolterra tienen el recurso. También las condiciones, sobre todo en cuanto a accesibilidad. Hay, por tanto, alternativas al carbón. Faltan por encajar los proyectos. Y los tiempos.

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