LA refinería de Repsol, en su día Petroliber, estuvo transitando sobre un mapa durante diez años entre A Coruña y Vigo, hasta que finalmente se levantó en su actual ubicación, Arteixo. Aquello sucedió entre los años cincuenta y sesenta del pasado siglo, y hasta tal punto se calentó el ambiente que el vigués Valentín Paz Andrade llegó a calificar al todopoderoso ferrolano Juan Antonio Suanzes, entonces al frente del INI, de "subdictador económico". Cambian los tiempos pero permanecen las rutinas cuando hay que abordar una multimillonaria inversión industrial en Galicia.
Sin salir de la provincia de Lugo, la portuguesa Altri ha tomado lo que se puede entender como una decisión soberana de una compañía privada: elegir ubicación para la planta de fibras textiles y optar por Palas de Rei. Polémica servida pero decisión argumentada con datos, al menos los que comienzan a trascender. Por ejemplo, de acuerdo con fuentes de las negociaciones para un proyecto de este tipo, en el que está implicada la Xunta a través de Impulsa Galicia, de un total de diez o doce variables tenidas en cuenta, dos eran invalidantes para elegir la ubicación; es decir, su incumplimiento implica ba descartar la opción. Se trataba de las 200 hectáreas de suelo y un suficiente margen de captación y vertido de agua. La opción de A Mariña siempre estuvo ahí, pero las negociaciones con Alcoa para compartir su embalse concesionado, en las que la propia Xunta medió, no tuvieron el resultado deseado por insuficiencia de recurso para un proyecto de fibras de este tipo. Fue entonces, según las mismas fuentes, cuando en las conversaciones se llegó a poner sobre la mesa la opción de que Altri emplease agua del mar, lo que obligaría a levantar en A Mariña una gran desalinizadora. Hechos los números, la inversión extra era de unos 180 millones de euros, que se sumaban a los 700 millones previstos, lo que hizo inviable la alternativa del norte.
Pero una vez elegida ubicación, son muchos los puertos de montaña que tiene que subir Altri con su proyecto en Galicia, que conlleva la producción prevista de 200.000 toneladas anuales de pasta soluble (DWP) y fibras sostenibles, dos plantas en una, incorporando en una segunda fase fibras textiles recicladas al proceso productivo. Altri dará un salto cualitativo en su posicionamiento dentro del sector forestal, y de paso agitará un mercado dominado hasta ahora por Ence, ya que ambas consumen eucalipto, lo que afectará a los precios al alza y beneficiará a los propietarios. Eso parece claro. Sin embargo, la primera meta volante en este viaje representa todo un desafío, más allá de una tramitación por parte de la Xunta que se dulcificará a través de la nueva ley de simplificación administrativa y de apoyo a la reactivación económica. Se trata de los fondos europeos Next Generation, próxima y crítica estación.
El diseño de los proyectos estratégicos para la recuperación y transformación económica, los conocidos como Pertes, que son los trajes a la medida de determinados sectores para encajar los fondos europeos, abarcan muchos ámbitos, pero no el negocio forestal propiamente dicho. Vehículo eléctrico, energías renovables e hidrógeno, industria naval, agroalimentación, aeroespacial, digitalización... Por ejemplo, Altri podría encajar en el de la economía circular, pero tal y como está diseñado solo en una parte, la que aborda el reciclaje de ropa. Este es un temor persistente en San Caetano. Tanto Feijóo como el vicepresidente Francisco Conde ya han abordado en Madrid este asunto, tanto con Teresa Ribera como con Nadia Calviño, sin que todavía haya luz.
Lo que resulta indudable es que el proyecto de Altri, tal y como está concebido, es un ejercicio de circularidad económica sin precedentes en Galicia, incluso para el abastecimiento energético, papel reservado a Greenalia como socio, o para el logístico, con una flota de transporte que contará con hidrógeno verde como combustible. Y lo más importante, Galicia planta hoy eucalipto para producir papel, pero pronto lo hará para fabricar ropa. Y será desde Lugo.
Roberto Tojeiro: Otra gran inversión industrial que se proyecta en Galicia
Lo que resulta indudable es que el proyecto de Altri, tal y como está concebido, es un ejercicio de circularidad económica sin precedentes en Galicia, incluso para el abastecimiento energético, papel reservado a Greenalia como socio, o para el logístico, con una flota de transporte que contará con hidrógeno verde como combustible. Y lo más importante, Galicia planta hoy eucalipto para producir papel, pero pronto lo hará para fabricar ropa. Y será desde Lugo.
Adriana Domínguez: Adolfo Domínguez crece en ventas, pero sigue en pérdidas
TIENE mérito Adriana Domínguez, porque en cierta medida lucha contra su pasado. La compañía ourensana ha crecido un 40% en ventas, hasta los 92 millones, pero no pudo recuperar las cifras previas a la pandemia. Adolfo Domínguez presume de que ha logrado situar su resultado operativo (ebitda) en positivo (0,4 millones de euros), tras incrementar su margen en un 68%. Si nos vamos al resultado neto comprobamos que sigue en números rojos. Las pérdidas en 2021 han sido de 9,3 millones, un 52% menos, eso sí, que las registradas en 2020. Adriana Domínguez mira hacia delante y dibuja Estados Unidos como el gran mercado a futuro, pero ahora crecerá en México, su plaza fuerte.
