Escotet y Abanca: año dos

POCOS banqueros, por no decir ninguno entre los más conocidos, sobrepasa los 235.000 seguidores en twitter. Uno de ellos es Juan Carlos Escotet. El presidente del Grupo Banesco, propietario de Abanca, se suele poner muy doctrinal en su cuenta, que emplea como una herramienta de 'management', un púlpito desde el que predica el buen hacer en los negocios, sobre todo orientado a sus seguidores en América Latina, que son legión. Entre las excepciones a esa norma se encuentra el anuncio de compra de la extinta Novagalicia, en diciembre de 2013. Tuvieron que pasar seis meses para que el desembarco de los chicos de Escotet fuera efectivo, tras una junta general extraordinaria que se fue a junio de 2014. Por tanto, son dos años ya de Abanca bajo la batuta del banquero venezolano, madrileño de nacimiento.A la vista de unos resultados que conviene analizar en detalle, dos son las ideas que pueden resumir estos dos años. Por un lado, la vuelta a la normalidad, lejos del sobresalto constante de la última etapa de José Luis Méndez y Julio Fernández Gayoso en Caixa Galicia y Caixanova, así como las obscenidades de un proceso de nacionalización que derivó en escándalos como el de las millonarias indemnizaciones a sus directivos, o la sangría de las participaciones preferentes, ese producto financiero que en las cajas todos sabían lo que era, una macroestafa. Por tanto, la serenidad recobrada, también para una plantilla que estaba muy tocada, es un elemento capital en la nueva Abanca.De otro lado, y aquí sí que entra la gestión y el dinero público inyectado (unos 9.000 millones), los resultados obtenidos estos dos años demuestran algo que el propio José María Castellano, sufridor expresidente, señala en público últimamente. Si el FROB, el Estado, para entendernos, hubiera esperado tres o cuatro años más para formalizar la subasta, lograría mucho más dinero que los mil millones de euros que pagó Escotet por la extinta Novagalicia. La fecha tope impuesta por Bruselas para proceder a la privatización coincide con la de 'Caste': 2017. Sale gratis hablar del pasado cuando no hay forma de reescribirlo, pero con ello debe convivir el nuevo equipo de Abanca.Después del chasco del año pasado, cuando se había planteado el reparto de dividendos a una junta general que finalmente no abordó ese punto, llega el momento de recoger los primeros frutos maduros. Abanca destinará prácticamente la totalidad de lo que ganó el año pasado a retribuir a sus accionistas. El dividendo será de 315,5 millones de euros, sobre un beneficio neto que se situó al cierre de 2015 en 330 millones. Escotet, y el grupo accionarial nucleado en torno a su holding, se llevan el grueso del dividendo, ya que controlan el 87% de Abanca. En síntesis, el banco, con su propia actividad y sin necesidad de recurrir a créditos fiscales, ya es negocio para el venezolano: este año se lleva algo más de la tercera parte de lo que desembolsó en la subasta celebrada hace dos años largos.Pero hay matices sustanciales. Han sido precisamente los ingresos extraordinarios y atípicos lo que ha sostenido el resultado de Abanca en 2015, en un entorno de tipos de interés casi nulos que está castigando a todo el sector. Solo por la venta de su participación en la operadora de cable R a los vascos de Euskaltel, la entidad se llevó 203,9 millones, y devolvió a los beneficios a una división de participadas que todavía maneja activos, muchos inmobiliarios, de más de 1.500 millones. La venta de R aportó seis de cada diez euros que declaró Abanca como beneficio el año pasado. La presencia en el capital de Itínere (propietaria de la AP-9), Elcano, CLH, Copo, Transmonbús, Norvento, Cupire Padesa o Tecnocom conforman la pata industrial que todavía retiene el banco de Escotet. Desde 2012, un año antes de la llegada del venezolano, los ingresos acumulados por las desinversiones obligadas por Bruselas rondan los 500 millones.Abanca convive con las estrecheces de un sector que ve en el negocio tradicional márgenes cada vez más reducidos. Por ejemplo, el margen de intereses, diferencia entre los rendimientos de préstamos concedidos o bonos invertidos y las cargas por su pasivo (depósitos), cayó un 24,6% en un año, hasta 421,3 millones, desde los 559 millones de 2014. Un año antes, el margen de intereses de la difunta NCG era de 665 millones. El negocio comienza a estar en segmentos parabancarios. De ahí la gran apuesta por los seguros que impulsa ahora.Escotet, con un ojo puesto hace meses en Portugal, y desde su base de Oporto, comprueba cómo dos años han sido suficientes para darle la razón. Los resultados del primer trimestre del año refuerzan la misma idea: había negocio en Galicia.Las claves para innovar y salir al exteriorUNA METÁFORA para sintetizar toda una nueva filosofía: la internacionalización para las empresas comienza en la puerta de casa. Con esta idea arrancaba una de las ponencias que más debate suscitó en el encuentro anual organizado por el Foro Económico de Galicia, el laboratorio de ideas de referencia entre empresarios, académicos y profesionales. Fue esta semana, durante dos días, en A Toxa. Allí si instó a mirar de nuevo a Portugal, un vecino prácticamente olvidado durante los últimos diez años, y que genera gran parte de la inversión exterior en Galicia. Acercarse de nuevo al sur más cercano, y no solo para que se instalen las auxiliares de Citroën en busca de suelo barato. Ese debe ser uno de los grandes objetivos.Otro obstáculo a derribar: Galicia, sus empresas, invierte en el exterior hasta cinco veces más de los fondos extranjeros que recibe, una dinámica que es preciso cambiar, sobre todo si tenemos en cuenta que el destino de nuestros proyectos en el extranjero, intensivo en capital, es en gran medida la compra de emblemáticos inmuebles por parte de grandes patrimonios.En la coctelera de ideas de estos dos días también se agitaron otras propuestas. Innovar, por ejemplo, debe dejar de entenderse exclusivamente como dedicar esfuerzos al I+D+i, a la tecnología. Innovar, en su sentido más amplio, debe llegar a muchos otros ámbitos de esa casa por barrer que a veces son nuestras empresas: organización, procesos, logística y márketing son áreas que requieren de un auténtico meneo innovador. Como tales son consideradas solo un 7% de nuestras empresas, un dato más que revelador que debe llevar a la reflexión.JOSÉ MANUEL REVUELTA. Una responsabilidad compartida en el contrato de NavantiaAL CÉSAR lo que le corresponde. José Manuel Revuelta, el que parecía simpre tranquilo presidente de Navantia, puede presumir ahora de una operación de alcance: el grupo de astilleros públicos ha conseguido su mayor contrato en diez años, dos buques logísticos para la Armada australiana por nada menos que 700 millones de euros. Solo por ser su presidente, a Revuelta debemos reconocerle parte del mérito, después de los fuertes desencuentros que ha tenido durante años con la propia Xunta e incluso con la SEPI, el grupo público del que depende Navantia. Algo de 'culpa' en la normalización de la actividad del grupo, en la ría de Ferrol, también le corresponde al quizá más discreto pero a la vez entusiasta y eficaz conselleiro del equipo de Feijóo: el monfortino Francisco Conde. Navantia endereza el rumbro, y ojalá que este acuerdo no sea otro de tantos que se anunciaron en épocas preelectorales, que son ya un clásico.JOSÉ MARÍA CASTELLANO. Una fórmula mágica para acabar con todos los desahuciosPROMETE QUIEN puede. El catedrático José María Castellano, ahora entregado a la gestión de su patrimonio, solo desatiende sus quehaceres para denunciar las extorsiones que le plantearon en su día los gángsters de Ausbanc. Sin embargo, entre plató y plató, al expresidente de Novagalicia todavía le queda tiempo para glosar algunas de sus propuestas fallidas, en este caso cortocircuitadas por el Banco de España. Y es que Castellano quiso impulsar, desde la presidencia de Novagalicia, una fórmula para acabar con los desahucios. Consistía en destinar íntegramente su salario, unos 300.000 euros al año, a tal fin. El plan se completaba con provisiones a realizar por el banco por el mismo importe. Con esos 600.000 euros, mantiene Castellano, el problema de los desahucios en el banco abacaría. Lástima que iniciativas tan infrecuentes no llegasen a ver la luz.

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