SI FORMASE parte de un sumario judicial, el caso de la inversión extranjera en Galicia sería merecedor de pieza separada, por poco que sea el importe que logre captar nuestra economía año tras año. Y es que representa, en sí, dos problemas en uno. Lo suele explicar con meridiana claridad Víctor Nogueira, presidente de la patronal gallega de la empresa familiar. No es solamente que la inversión procedente del exterior tienda a cero, y como consecuencia de ello Galicia tenga un peso relativo casi nulo en el conjunto de España. Lo grave, para Nogueira, es que esas operaciones tradicionalmente se realizan para comprar empresas, y no para levantar proyectos industriales de nuevo cuño. Adquisiciones, antes que nuevas compañías.
Esta semana, casi en paralelo, transitan por los despachos dos grandes proyectos industriales que llevan la contraria a esta tendencia casi endémica de la inversión extranjera en Galicia. Se trata de iniciativas sólidas que tienen un grado de madurez y desarrollo alto. De lo contrario, sus promotores no lo hubieran comunicado oficialmente a las bolsas de Lisboa o Shenzhen, donde cotizan, en un caso hace unos cuantos meses y en otro recientemente. Al proyecto de fibras textiles de la portuguesa Altri, que arma un cesto con más mimbres y socios gallegos, se suma la irrupción en As Pontes de los chinos de Sentury Tire, grupo detrás de marcas como Landsail o Davanti Tyres, con una fábrica de neumáticos. Con una inversión de 522 millones, estaría lista en36 meses y podría generar beneficios de 100 millones por ejercicio. El reloj de esta inversión se activó cuando comenzó a ser una evidencia irreversible el cierre de la central térmica de Endesa.
Ese es el tiempo que lleva madurándose la inversión entre dos actores que ahora emergen: el alcalde de As Pontes, Valetín González Formoso, y el vicepresidente económico, Francisco Conde. El crecimiento de la iniciativa ha sido inversamente proporcional a los hitos que iba marcando la clausura de Endesa. Todo son expectativas (y algo más) por la llegada de capital chino para levantar un proyecto nuevo en Galicia. Sentury Tire no llegará a As Pontes al calor de los fondos Next Generation. Lo hace desde Shenzhen, considerado un auténtico Silicon Valley asiático, y sin recurrir a dinero público.
Retomando el relato de Víctor Nogueira, frente a esta apuesta industrial nueva, otra de capital chino clásica que está dando algún quebradero de cabeza, como ha sido la compra de Puentes y Calzadas, una de las grandes constructoras gallegas, por el gigante China Road and Bridge Corporation. Y es que Puentes acaba de perder una obra de 63 millones por el veto a su dueño chino. Lituania, pasando página a su pasado reciente, aparta al grupo gallego de la construcción del puente más largo de los países bálticos al considerar que amenaza la seguridad nacional. El caso debería ser carne de conflicto diplomático.
China como aliado inversor y Portugal como socio estratégico. Bien podría ser ese el esquema de trabajo de una eventual diplomacia económica gallega. El turno es ahora de Altri, otra cotizada, que llega al abrigo de los fondos Next Generation. El proyecto luso tomará forma definitiva cuando se despeje la ecuación de su emplazamiento, que apunta al norte de la provincia de Lugo sin cambios de rumbo en la dirección fijada. Greenalia será uno de los socios si las negociaciones se cierran con éxito, pero habrá más, no necesariamente vinculados a la madera.
La complicada elección de la ubicación de la planta de fibras textiles no solo responde a lo que podría ser el lógico pulso local por captar tamaña inversión, de unos 800 millones. Las cuestiones medioambientales, que deben ser sagradas en estos momentos para cualquier proyecto industrial, son especialmente críticas a la hora de la búsqueda de un emplazamiento de estas características. Porque la paradoja de todo esto reside en que para producir viscosa sostenible a partir de la celulosa los procesos químicos suelen especialmente agresivos. Es algo similar a lo que sucede con la alúmina, el aluminio, paradigma de la sostenibilidad y la economía circular, y la balsa de lodos rojos de Alcoa en San Cribrao.
Luz, en definitiva, al final del túnel de la crisis industrial. Nuevo ciclo. Ahora solo falta encajar las piezas. Y dar el empujón definitivo a otro gran proyecto para transformar purines en fertilizantes y biogás.
Juan Manuel Vieites | Tormenta perfecta de costes para la empresa gallega
EL presidente de la patronal gallega se queja de que todo sube y con razón. Juan Manuel Vieites arropó esta semana a todo un sector, el denominado complejo mar-industria, del que también es protagonista al compatibilizar su puesto en la CEG con el de secretario de la patronal de la conserva, en la que lleva unos cuantos años. En su opinión, «el alza y escasez de materias primas y el valor de la energía están llevando a la inviabilidad económica a muchas empresas». Pero más allá del mar, Vieites repasó la subida de costes que entiende generalizada y afecta además a sectores clave para la economía gallega como la automoción, el naval, el metal, la construcción, la logística o el transporte. Tormenta perfecta, dice.
Roy Harvey | Beneficios récord de Alcoa el año que cierra San Cibrao
Habló el que manda. Y lo hizo tras presentar unos resultados récord el mismo año en que se materializa el cierre del aluminio primario en San Cibrao. Roy Harvey presume de beneficios. Esa es la realidad. Manda la cotización de Alcoa, y se mueve al ritmo que marcan los resultados. En concreto, en 2021 fueron de récord: ganancias de algo más de 378 millones. Y es que el incremento de precios del aluminio y la alúmina lleva a Alcoa a los mayores beneficios desde su segregación en 2016. El grupo cifra el coste del apagón en San Cibrao en 55 millones, y Harvey aprovecha para enviar un recado a Xunta y Gobierno: deben ponerse de acuerdo para el blindaje energético con el fin de reactivar las cubas. En fin.
