LA MÉDICO y cooperante Paula Farias escribió Dejarse llover, una novela sobre su experiencia en los últimos días de la guerra de Kosovo, los coletazos finales de la guerra de Yugoslavia y la bofetada de realidad que se llevó la construcción europea en sus propias narices. Con el mcguffin de un cadáver en un pozo, Farias se burla de la burocracia en un lugar en el que la normalidad queda suspendida. Un relato circular y circunscrito a un solo día en el que la guerra ocurre como telón de fondo de una aventura absurda.
Fernando León apunta alto con estrellas internacionales y un presupuesto elevado para una producción española. Los personajes, un grupo de cooperantes, un traductor, una burócrata y un niño, buscan una cuerda para sacar un muerto de un pozo. La búsqueda les zarandea de un sitio a otro de la guerra. Desde la sede de operaciones de la Onu, en la que tendrán que convencer al mando danés de la importancia de su misión, hasta el inhóspito almacén defendido por un soldado bosnio que les pide no descolgar la bandera que ondea en lo alto: «Si quitais eso significa que nos rendimos, y entonces soy hombre muerto».
Un día perfecto no exagera la tensión ni el dramatismo del conflicto. Es un relato minimalista. Los personajes principales evolucionan en un viaje accidentado, unos rebajando la desconfianza en el género humano y otros aprendiendo a equilibrar el desánimo con los pequeños triunfos del día a día.
La novela de Farias y la película de Fernando León aciertan en esa descripción de unos Balcanes asentados sobre arenas movedizas. El único personaje local, un traductor que acompaña al grupo, se muestra seguro con el sentido del humor de unos lugareños, pero desconfía de las intenciones de otros unos kilómetros más adelante.
Un día perfecto no es otra película sobre lo mal que administró Europa su patio trasero en la guerra de Yugoslavia (como En tierra de nadie, del bosnio Danis Tanovic), en realidad es una comedia agridulce sobre los intereses terrenales enfrentados en una zona de conflicto, y una reflexión en torno a la oportunidad y a la necesidad del trabajo de unos cooperantes incapaces de cumplir un objetivo aparentemente sencillo. «A ver si arregláis algo», dice Katya (Olga Kurylenko), antigua cooperante que se pasó al bando tecnócrata. Pero ni políticos, ni cascos azules ni los propios cooperantes solucionan el problema. La naturaleza sigue su curso.
Título original: A perfect day.
Director: Fernando León de Aranoa.
Reparto: Tim Robbins, Benicio del Toro, Olga Kurylenko.
Calificación: 3 / 4
