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El otro lado de la esperanza

Título: TOIVON TUOLLA PUOLLEN
Director: Aki Kaurismäki
Reparto: Kati Outinen, Tommi Korpela, Sakari Kuosmanen
Calificación: 4/4

AKI KAURISMÄKI es el último de su especie. Un sexagenario que resiste contra el sistema con películas y entrevistas incómodas, se expresa con una sutileza casi única, y entiende el cine como la única manera de representar el mundo en el que vive. Asegura que, con Le Havre, empezó una trilogía de dos películas. La segunda y última es El otro lado de la esperanza, un relato que vuelve sobre la pesadilla de los migrantes en Europa, esta vez con una historia contada desde su propio país.

La última película de Kaurismäki es, también, un laberinto sobre la identidad. Articulada con la idea de dos puntos lejanos que terminan confluyendo, los protagonistas de El otro lado de la esperanza son dos desconocidos destinados a encontrarse: un refugiado sirio que llega a Finlandia por una casualidad y, después de un tiempo en un centro de internamiento, se ve obligado a escapar de la policía y de las bandas neonazis locales; y un antiguo vendedor de camisas que abandona su oficio de toda la vida y monta un restaurante donde uno se pueda emborrachar en paz acompañado de un retrato de Jimi Hendrix: "La gente bebe si las cosas van mal, y aún más si las cosas van bien".

El bar de la película sirve comida de lata y guarda un perro en la cocina, algunos detalles que indican la precariedad del modelo de negocio. El nuevo propietario busca cocinas exóticas que le devuelvan el brillo perdido, y prueba con la comida japonesa y música hillbilly en directo. El refugiado encuentra un hogar y una familia entre los empleados del restaurante, que le consiguen papeles, le dan trabajo y cobertura en su huida con las autoridades. Pero su única obsesión es traer a su hermana a Europa y liberarla de los bombardeos en Alepo.

Kaurismäki se enfrenta a la realidad de Finlandia y de Europa en su relación ambigua con los refugiados de países en guerra. Pero no pierde la perspectiva de unos individuos que pelean por su identidad herida. Lo hacen los refugiados sirio e iraquí que se van a tomar una cerveza haciéndose pasar por unos fineses más. También el protagonista que abandona a su mujer –en una escena magnífica– y cumple su sueño de regentar un restaurante. Pero también los neonazis que, aunque son los personajes peor construidos, expresan ese 17% de apoyo electoral de los Verdaderos Finlandeses. Y, por último, la hermana de Khaled, que no es capaz de abandonar su país y sus raíces, y se entrega a la policía para que la deporten.

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