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Anacleto: agente secreto

SI ALGUIEN estaba destinado a fusionar el celtiberismo de Anacleto con la comedia visual de un nuevo cine español preocupado por enganchar con una industria más amplia, ese era Javier Ruiz Caldera. ‘Tres bodas de más’ fue el salvoconducto que le proporcionó la seguridad de que podía conectar con el público español dotando de personalidad a una historia que partía desde la tradición americana de la comedia romántica.

‘Anacleto: agente secreto’ tiene más que ver con ‘Kingsman: servicio secreto’, de Matthew Vaughn que con la versión castiza y torpe de James Bond que apareció en Pulgarcito. El personaje de Vázquez estaba dentro de aquella representación de un país que salía adelante con más fortuna que talento, y que entendía la chapuza como un alternativa perfectamente válida frente al virtuosismo de la cultura pop foránea. Ruiz Caldera se aprovecha de la receptividad que tiene el espectador contemporáneo para conectar con ese traspaso de poderes instalado en la narrativa superheroica. Los textos (las viñetas, en este caso) son de los años sesenta; su adaptación y su nuevo público, de un siglo XXI con otras preocupaciones y otro concepto de sí mismo.

El Anacleto de Ruiz Caldera trabaja en una oficina analógica por culpa de los recortes. Su vieja estructura todavía emplea zapatófonos, máquinas de escribir y puertas secretas que se atascan, pero es un funcionario eficaz. Imanol Arias, con sus canas y sus arrugas, aporta la experiencia pero también el cansancio de un agente al que le toca su última misión. El relevo le corresponde a su hijo (Quim Gutiérrez), un involuntario héroe de clase trabajadora cuya máxima aspiración es pasar la jornada laboral fumando porros y viendo películas.

‘Anacleto: agente secreto’ reduce toda su esencia a una ‘buddy movie’ con trazas de comedia brugueriana. A Imanol Arias el personaje le encaja como a un guante, pero el talento cómico de Quim Gutiérrez sigue siendo una incógnita para este crítico. Cualquier secundario parece un robaescenas a su lado: Alexandra Jiménez, Berto Romero o, en la mejor secuencia de la película, Rossy de Palma, la suegra de Anacleto Jr. y secuaz sorpresa del malvado Vázquez (el inmenso Carlos Areces).

A ‘Anacleto’ le falta el ritmo de ‘Tres bodas de más’, posiblemente porque en aquella película Ruiz Caldera reproducía un esquema, el de la comedia romántica clásica americana, que conocía al dedillo. ‘Anacleto’, por momentos, es más parodia que comedia, y repite el modelo Fesser en la plasmación física de la violencia de tebeo.

Título: Anacleto: agente secreto.
Director: Javier Ruiz Caldera.
Reparto: Imanol Arias, Quim Gutiérrez, Alexandra Jiménez, Carlos Areces.
Calificación: 2 / 4

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