Blog | El Ojo Público

50 sombras liberadas

Fotograma de '50 sombras liberadas'. EP
photo_camera Fotograma de '50 sombras liberadas'. EP

LA SAGA DE Cincuenta sombras de Grey bate todos los récords de vagancia y barraganería en un ‘blockbuster’. Nació como 'fanfiction' de Crepúsculo, con un toque picante y una recodificación de la representación tradicional de la atracción por el dinero y el lujo, y termina como un Pretty Woman con un villano de opereta. Ya hubo que darle un barniz irónico y autoconsciente muy pronto, sobre todo para poder estrenarla en un cine y que no se viniese todo abajo demasiado pronto. La tercera y última entrega ya no se acuerda de por qué está aquí ni para qué, y el thriller erótico que ocurre en la pantalla es una cháchara inconexa de ocurrencias sin filtro ni consideración ninguna con el espectador.

Dicho esto, Cincuenta sombras es una de las pruebas más difíciles a las que se enfrenta un crítico. 350 minutos de película escrita como dios dio a entender, editada y montada con el criterio de un chimpancé y todo ello basado en tres novelas de casi 1.800 páginas, que lo único que pretendían era, según su autora, volcar las fantasías de una mujer de mediana edad. Las herramientas para el análisis y la disección de semejante artefacto valen de poco, y desenmarañar lo que ocurre ahí y qué es lo que nos pretenden contar con todo esto es como descifrar la piedra Rosetta: solo podemos acceder a un extracto codificado de la cabeza de la persona que se esconde (es un decir) tras el seudónimo de E. L. James. Todo lo demás permanecerá oculto entre escenas de sexo BSDM suficientemente blandas para ser publicadas en un especial del ¡Hola!.

Cincuenta sombras liberadas empieza con la inevitable boda entre los protagonistas, y el conflicto entre el deseo de ella de formar una pareja normal, y el problema de él de que es un gilipollas. No le gusta que su mujer llegue tarde a casa, porque estuvo con una amiga tomando unos martinis, haga topless en una playa o mantenga el apellido de soltera.

Lo que se nos vendió como la liberación de una mujer frente a lo que se esperaba de ella, gira hacia las continuas peleas de una chica recién casada empeñada en mantener su personalidad dentro del matrimonio.

La saga termina con la renovación, por parte de ella, de aquel primer arreglo contractual firmado al principio de todo. Christian Grey parece que se sale con la suya, como realmente ocurre en toda la saga, pero todos sabemos que la nueva familia Grey acabará instalando en el cuarto de juegos una enorme piscina de bolas.

Comentarios