Blog |

Un refugio

LA MAYOR PARTE del tiempo, me doy cuenta en días como hoy, pienso en el campamento como en un lugar de encierro. Es algo inconsciente, supongo, sobreentendido, por algo lo llamamos confinamiento. Pero hay veces, raras, que no, que lo sientes como un búnker, un refugio acogedor que te protege de algo más que un virus amenazador: te aísla de un mundo que hace ya tiempo, no es de ahora, que está como unas maracas.

Generated by  IJG JPEG LibraryMe venía ayer todo esto a la cabeza hablando con mi hermano adoptivo Manel, también conocido como El Freire Ese. Es uno de los pocos que quedan por la redacción, un frenopático que hasta hace un mes no sabía diferenciar muy bien de mi hogar. "Miguelito", lloriqueba el hombretón, "cuando estábamos todos las llamadas de los colgados nos las repartíamos, pero ahora me las como todas".

Nadie que no haya atendido las llamadas diarias que se reciben en un periódico puede entender la profundidad de su lamento y la reconfortante sensación de protección que yo sentía al escucharlo desde mi refugio. Siento ser yo quien se lo diga, queridos lectores, pero la mayor parte de ustedes están para echar de comer aparte. Yo más, no lo niego, pero ustedes también, que lo sepan.

Por abreviar, un hombre llamó para denunciar que su vecino había colocado una bandera de la República en el balcón, coincidiendo con el 14 de abril. La primera llamada era para decir que era ilegal; la segunda, para opinar que era intolerable. Luego, la Delegación del Gobierno tuvo el detalle de mandar a redacción un sobre con mascarillas quirúrgicas, lo que, dado que ha pasado un mes, no se supo muy bien cómo interpretar: anda la cosa entre el agradecimiento por la protección y la prudencia por la Ley Mordaza. Ya se sabe, progresistas sí, pero la vaquiña por lo que vale.

Para rematar una jornada de ataques exteriores a la paz de campamento, la conferencia sectorial de Educación me ha dejado bonito el panorama para lo que nos queda de encierro. Mientras María y yo planeábamos como ocultar a los chavales lo del aprobado general, Elías ha llegado desde su habitación con la noticia, que ha corrido entre los chats de estudiantes como los porros en un botellón de adolescentes. Muchas gracias, expertos en educación, están ustedes como unas maracas.

Comentarios