Blog | A Semana do Revés

Portomeñe contra el mundo

ESQUERDA UNIDA llevaba 16 años fuera del Concello de Lugo, pero está demostrando que en algunos asuntos regresó con los deberes hechos. Si hace unas semanas el edil Carlos Portomeñe abrió la espita del PXOM poniendo en duda la legalidad de su aprobación inicial —denuncia que le llevó a declarar ante la jueza De Lara—, esta semana echaba más leña al fuego poniendo sobre la mesa lo que en algunos ámbitos ya había empezado a rodar: que el PXOM de Lugo puede acabar como el de Vigo, anulado por no haber sido sometido a evaluación estratégica ambiental. Portomeñe está tan convencido que ya anunció que planteará en el pleno la suspensión del documento, para evitar seguir dando licencias ante el riesgo de que acaben siendo nulas y de que el Concello tenga que indemnizar. Aunque en ese supuesto, la responsabilidad patrimonial sería compartida por la Xunta, según explican los especialistas que tumbaron el PXOM de Vigo.

Como el de la ciudad olívica, el plan de Lugo fue eximido del trámite por la Xunta bipartita. La Consellería de Medio Ambiente, entonces en manos del socialista Pachi Vázquez, exigió a cambio la elaboración de un plan de movilidad. La demanda fue planteada en 2006 y la confirmación de que el documento quedaba liberado llegó más de dos años después. La hacía pública el gobierno local a los tres días de la toma de posesión de Feijóo como presidente de la Xunta. La decisión fue tomada por el bipartito en funciones.

Los argumentos de la Xunta fueron los mismos que los que de Vigo: el PXOM estaba avanzado, puesto que ya se había aprobado de forma inicial y expuesto al público, cumplía los suficientes parámetros medioambientales y la normativa preveía que los grandes sectores se someterían a la evaluación ambiental cuando se desarrollaran.
En definitiva, que si, como en Vigo, alguien decide ir por esa vía —algo nada descabellado, y más teniendo en cuenta que el plan ya está judicializado— quién sabe si el resultado no puede ser el mismo. Si en el sur al Supremo no le valió el argumento de que el plan ya estaba muy avanzado —en 2006 estaba a medias y se aprobó la mayor parte en 2008 y el resto en 2009—, Lugo no lo tiene mejor. El PXOM evolucionó tanto desde su aprobación inicial (2006) a la definitiva (2010) y, sobre todo, pasó tanto tiempo, que da la sensación de que había margen y razones para hacer la evaluación ambiental. Si se prueba que el caso de Lugo es igual al de Vigo, solo hay que esperar. El Supremo crea jurisprudencia.

Una hipotética anulación del PXOM, sea cual fuere el motivo, sería una terrible noticia para la ciudad, que volvería de forma provisional a un documento de los años noventa. Y más tras años de parón urbanístico, con escasez de vivienda nueva y cuando el sector de la construcción parece que empieza a coger oxígeno.

La oposición en el Concello fue complaciente durante los últimos años, con la excepción de momentos y asuntos. Pero llegó Ace-EU y las cosas han cambiado


Es por esta razón que hay quien ve irresponsabilidad en las denuncias de Ace. El simple hecho de que el 5% del territorio de Lugo aún esté pendiente de la aprobación del PXOM impide que gente con planes para construir pueda hacerlo y provoca situaciones tan graves como el reciente derribo en Ombreiro de una casa que con el nuevo plan quedaría legalizada, asegura el PP. El partido, por cierto, se abstuvo en la aprobación inicial del documento, uno de los trámites que Ace pone en entredicho.
La cuestión es si la oposición está para mirar para otro lado en aras de no provocar un daño ‘supuestamente mayor’ o para denunciar lo que cree que está mal. La respuesta parece obvia, y más en el caso de Ace-EU, un partido que no engaña a nadie. Las 2.341 personas que apoyaron a Portomeñe tenían muy claro lo que votaban y junto a ellas seguramente hay otras con parecidas ganas de levantar alfombras y abrir ventanas.

La oposición en el Concello fue complaciente durante los últimos años, con la excepción de momentos y asuntos. Pero llegó Ace-EU y las cosas han cambiado. En cinco meses y con un solo edil, el partido ha logrado poner en una comprometida situación al gobierno, ha provocado tensiones en el PSOE, acrecentadas por la inexplicable desaparición de tomos del PXOM, y habrá que ver si esto no es el principio de una larga batalla judicial.

Portomeñe no se anda con medias tintas. Casi nunca. Porque esta semana, tras comprometer su apoyo al gobierno para las ordenanzas fiscales, acabó absteniéndose incluso en alguna que había sido enmendada por él. A última hora le parecieron insuficientes los cambios. Quizás sabía que las tasas iban a salir adelante de igual forma con los votos de BNG y Lugonovo. Otros ven la mano del PP por detrás, pero parece difícil que, en la tesitura de tener que inclinarse por una de las piezas de su denostado bipartidismo, Ace-EU apueste por esa.

Comentarios