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Carrera política que apunta

SE ESTRENÓ en política hace poco más de nueve meses como concejala de economía, empleo y desarrollo económico, además de primera teniente de alcalde. La renuncia de su mentor, José López Orozco, para permitir que el partido mantuviera el gobierno de la ciudad la puso en esa situación. Con la marcha de Juan Carlos González Santín, que en la candidatura figuraba por delante de ella, reforzó todavía más la posición.

Prieto empezó su andadura política de forma timorata, a pesar de que llevaba ya muchos años en la escena pública y en puestos de representación, como presidenta del Colegio de Farmacéuticos de Lugo (desde 2009), representante de los profesionales gallegos en el Consello Galego de Saúde y vocal en la Unión Profesional de Galicia. Además, era consejera de la empresa de consultoría del Grupo PSN Sercon; colaboradora del periódico digital Mundiario, y dueña de una farmacia en el barrio de A Milagrosa. Sin embargo, su conocimiento del funcionamiento de la administración local e incluso del estado de muchos asuntos y proyectos municipales era, al igual que el de otros compañeros, más bien escaso y eso le hizo mostrarse muy cauta al principio. Aunque también abierta, con la oposición, con los ciudadanos y hasta con los periodistas. La inexperiencia tiene sus partes positivas. La ilusión, las ganas y la comunicación suele ser más fluida que con políticos veteranos, más resabiados y en general más a la defensiva.

La farmacéutica Ana Prieto suma puntos en el gobierno por su talante y el desatasco de temas

El caso es que Prieto empezó despacio y con dificultades para hacer frente a algunos problemas -algunos heredados de gobiernos anteriores, como le sucedió a otros compañeros-, pero fue sobreponiéndose y a estas alturas puede presentar un balance aceptable y ha recibido el reconocimiento público de la mayoría de los grupos de la oposición. El último, en el pleno de aprobación del presupuesto, al que hasta Ciudadanos acabó dando un voto de confianza, al abstenerse. El día que la alcaldesa anunciaba la fecha del debate y se lamentaba de que el PP y Ciudadanos habían roto el diálogo, la concejala de economía negociaba con la formación naranja. Quizás no fue Prieto quien evitó el no de Ciudadanos, es posible que hubiera influido más el buen entendimiento de los partidos a nivel nacional, pero sin duda la actitud negociadora de la edil contribuyó.

La oposición reconoce a Prieto interés y esfuerzo por intentar llegar a acuerdos, imprescindibles para un gobierno en minoría, aunque la mayoría de las veces los grupos también echan de menos un mayor conocimiento y dominio de la edil sobre los temas con los que acude a hablar.

Los asuntos municipales podrían ir más rápido, es cierto, pero que un gobierno con ocho miembros frente a diecisiete concejales de la oposición haya conseguido aprobar las ordenanzas fiscales y el presupuesto a la primera tiene su mérito. En la negociación de ambos asuntos participaron en algún momento otros miembros del gobierno, sobre todo el portavoz, Miguel Fernández, y del equipo de la alcaldesa, pero la concejala de economía desempeñó un papel destacado. Logró el apoyo a las ordenanzas comprometiéndose a convocar una comisión para abordar una revisión a fondo de las mismas de cara al próximo ejercicio y, cuando llegó enero y cumplió, poco menos que se metió a la oposición en el bolsillo. Con el presupuesto, su departamento consiguió cuadrar los números para dar cabida a propuestas de toda la oposición, si bien es cierto que algunas no dependen tanto de consignación económica como de voluntad e impulso por parte del gobierno.

La concejalía de economía y empleo también salió airosa de la reubicación de los placeros durante la reforma de las instalaciones municipales, a pesar de que el asunto era peliagudo y los plazos estaban al límite. Asimismo, devolvió a los lucenses el dinero que el Concello les adeudaba por la huelga de basura de hace dos veranos y, en este momento, la edil negocia con Hacienda el sistema para reintegrar a los ciudadanos el Iva de la basura por los años que la administración dedujo de forma incorrecta.

Los cortes de suministro eléctrico que sufrió el Concello por el atasco en la tramitación de facturas provocaron los momentos más críticos del área de economía en estos primeros meses y de nuevo fue la concejala quien se puso al frente y medió con las empresas. La puesta en marcha del plan para mejorar la supervisión de los contratos municipales, la finalización del Urban y la captación de nuevos fondos europeos son otros retos a los que se enfrenta el departamento. Este cuenta con funcionarios competentes pero, como decía la antecesora de Prieto, en cualquier ámbito es imprescindible que el político impulse y haga seguimiento. La nueva concejala parece estar cumpliendo.

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