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FAN ZONE | Pereza y desazón

YA SÉ que este cuento que voy a narrar no es nuevo, que ya está inventado, que ya lo conocemos y que, incluso, ya lo catamos y paladeamos en varias ocasiones, pero volver a empezar la temporada prácticamente de cero otra vez me supone una desidia que, de tener que ser calificada en una escala del 1 al 10, yo le pondría un 15 y me quedaría bastante más ancho que largo.

Ya sé, también, que Lugo no es un lugar atractivo, que si "oigh, si aún fuera Coruña pues bueno", que además queda apartado de la mano de Dios y de toda ley relativamente cabal y que, para más inri, nos gastamos una idiosincrasia un tanto peculiar que satura a los de fuera. También sé que a igualdad de condiciones con otras ciudades llevamos las de perder; incluso aun jugando con ventaja llevamos las de perder. Soy consciente y lo interiorizo.

Pero razonarlo e interiorizarlo no evita que la situación me genere sentimientos encontrados. Por un lado entiendo a los profesionales que quieren dar pasos adelante, crecer y prosperar; pero por otro lado pienso y bajo a todos cuantos santos hay en el cielo y me pregunto, entre exabruptos y aspavientos, qué carallo hace falta para armar un proyecto razonablemente estable, donde la gente no escape en la primera oportunidad posible. ¿Qué hay que darle a esa gente, qué necesita?

Si las cosas van mal el personal huye porque claro, no quiero jaleos que no me interesan y vaya usted a saber. Pruebo suerte en la ventanilla siguiente que ya sé que no tiene pan de casa, pero malo será. Si van bien, por el contrario, arranco también, no vaya a ser que esta ciudad que tanto me ha dado en este breve pero intenso lapso de tiempo donde tan a gusto viví acompañado y arropado de todas sus gentes nobles y de buen corazón, tenga un equipo con un proyecto sólido y en condiciones donde de año en año haya que retocar y no reconstruir. No, eso no.

Y aunque de momento no son más que rumores a viva voz (y que no debo de hacer caso a la jugada como indica la canción), la molestia ya está instalada en la cabeza a modo de runrún. Menos mal que voy a tararear el hit del Venao todo el día y espero que el ritmo machacón del merengue solape tal molestia.

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