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El PSdeG, instalado en la interinidad

El aplazamiento de la declaración judicial de Besteiro alarga la situación de provisionalidad que desde la caída de Touriño se convirtió en el estado habitual de la sucursal gallega del PSOE.

El PSdeG regresa a la racionalidad. Éste era el título principal de esta página del 8 de septiembre del 2013, al día siguiente de que José Ramón Gómez Besteiro barriese al entonces alcalde de A Illa en las primarias para elegir al nuevo secretario general del PSOE gallego. Terminaba así la era de Pachi Vázquez, un período caracterizado por el disparate continuo.

También fue una fase marcada por una permanente situación de interinidad, derivada en primera instancia de que cuando en la jornada de reflexión de las autonómicas de 2009 José Blanco conspiró con otros dirigentes del partido para derribar a Pérez Touriño si perdía las elecciones del día siguiente, el de Palas necesitaba poner a alguien que le calentase la silla mientras él estuviese en Madrid sin condiciones para convertirse en un líder sólido. Tras quedar en evidencia con la fusión de las cajas y una oposición de pandereta, desde diciembre de 2010 Pachi se convirtió en un secretario general aún más provisional, que, sin embargo, sobrevivió porque cuando Blanco querría haber venido a sustituirle, estaba atrapado en la gasolinera de Guitiriz, lo que le hizo perder el congreso del 2012 por la vía interpuesta de la exministra Elena Espinosa.

Ahí fue cuando Besteiro debió de dar el paso para ser ya el candidato a la Xunta y salir de la Diputación de Lugo. No lo hizo, permitió que Pachi siguiese y prefirió esperar a que el liderazgo del PSdeG cayese en sus manos como fruta madura en el 2013. Con su bonhomía, pese a la falta de un proyecto propio, el partido de Besteiro sí parecía volver a la racionalidad, a una ruta con posibilidades de recuperar la Xunta el año próximo, gracias al enorme degaste del PP, aunque en competencia con las mareas por encabezar el posible gobierno alternativo.

Si bien ya hubo una serie de decisiones extrañas anteriores, los socialistas volvieron a apartarse de la racionalidad con la cadena de errores que le acabó dando la presidencia de la Diputación de Lugo al PP, a pesar de haber una mayoría de diputados de PSOE y BNG. Y el 3 de julio la jueza Pilar de Lara imputó a Besteiro por el caso de O Garañón y le citó para declarar el 31, el pasado viernes. Se abrió así un nuevo período de interinidad, que se esperaba que hoy ya hubiese entrado en vías de resolución. Aunque parecía imposible que la jueza le levantase la imputación, por lo menos se esperaba que se aclarase si tenía una defensa sólida y si podría aspirar a que la Audiencia Provincial le acabase de liberar de los cargos.

Pero la decisión del jueves de la jueza de aplazar la declaración sin fecha, hasta como mínimo después del 16 de septiembre, genera el peor escenario posible para el PSdeG, sumido en la incertidumbre y convertido de nuevo en ese gran conjunto vacío que fue en la era de Pachi.  Ni Besteiro queda libre del estigma del imputado ni se pone en marcha la maquinaria para sustituirle e ir buscando un nuevo candidato para las autonómicas, tarea muy complicada porque no se vislumbra ninguna alternativa viable.

El retraso podía dar la impresión en primera instancia de que era bueno para Besteiro, porque gana tiempo y ante la opinión pública podía reforzarse el ya muy instalado discurso crítico contra las supuestas arbitrariedades de la jueza, pues el aplazamiento no parece muy comprensible. Pero Besteiro volvió a perder una nueva ocasión de explicarse en público y mostrar la documentación que él afirma tener para despejar las dudas sobre la compra de su piso a una firma vinculada a la recalificación de O Garañón. Ahora la jueza le ha dado cinco días para que le entregue los papeles. Es el nuevo episodio en el laberinto de la permanente interinidad del PSdeG.

Las ausencias de Rianxo, el termómetro de la actual crisis
La ausencia de los principales referentes territoriales del PSdeG en el acto del 25 de julio ante el busto de Castelao de Rianxo sirve de termómetro de la situación del partido. Todos estaban esperando a ver qué pasaba el pasado viernes en el juzgado de Lugo, algunos deseando que la jueza les hiciese el trabajo de derribar a Besteiro, una vez que Chaves y Griñán cayeron por estar imputados.

El PP se blinda en el Parlamento ante la confusa alternativa
El Partido Popular va a conseguir mañana, si no hay una sorpresa de última hora, su mayor éxito parlamentario de la legislatura, e incluso de toda la era Feijóo, justo en el momento en que más lúgubres son las expectativas electorales del PP en Galicia y cuando menor es su poder local tras el varapalo de las municipales.

La renovación de los organismos autonómicos, que requieren de una mayoría cualificada que el PP no tiene en solitario, constituye un blindaje para los de Feijóo ante una hipotética derrota electoral en las próximas elecciones autonómicas previstas para el otoño del próximo año, ya que los populares se aseguran el dominio del Consello de Contas y del consejo de administración de la nueva corporación de la TVG, que no entrará en funcionamiento hasta enero del 2016 y tendrá un mandato de cinco años. También colocan a una persona de su órbita, Milagros Otero, como valedora do pobo. A cambio, el PSOE sitúa a dos representantes del partido en el consejo de la TVG y promueve a un miembro del Consello de Contas y a un vicevaledor. Se trata de unos acuerdos que negoció el portavoz parlamentario del PP, Pedro Puy, con su homólogo socialista, José Luis Méndez Romeu, en un contexto marcado por la interinidad en el PSdeG.

Los socialistas podrían aducir que, tras llegar a acuerdos con el BNG y las mareas para gobernar los ayuntamientos y las diputaciones de las provincias atlánticas, en el pleno extraordinario del Parlamento que se celebra mañana y pasado reforzarán su posición de centralidad, al alcanzar también pactos con el PP, no sólo en la renovación de los organismos autonómicos sino también en la reforma del reglamento de la cámara legislativa. Sin embargo, el panorama que previsiblemente se va visualizar en la sesión plenaria favorece a los populares, ya que se reflejará un cisma en la oposición, pues tanto la Alternativa de Beiras y Esquerda Unida como el BNG van recriminarle al PSOE su entrega a los conservadores, en lo que algunos interpretan como el preludio de una futura gran coalición en España, el entendimiento de los dos grandes partidos. Para defenderse el PSOE ya le recordó a Beiras su sorprendente acercamiento a Fraga tras las elecciones del 2001.

Sin embargo, aunque las relaciones entre el PSOE y las fuerzas situadas a su izquierda estén deterioradas, al final, si el PP no tiene la mayoría absoluta en el próximo Parlamento y si Ciudadanos sigue siendo una fuerza irrelevante en el ámbito gallego, todos los demás partidos se pondrán de acuerdo por lo menos para elegir a un presidente que no sea de los populares. Eso es lo que sucedió en las corporaciones locales después de las elecciones municipales, con la única excepción relevante de la Diputación de Lugo, en la que hubo por en medio un cisma interno en el PSOE y un candidato imputado que no quiso dar su brazo a torcer, el alcalde de Becerreá. En este contexto, los pactos resultan todavía más beneficiosos para el debilitado PP, al suponer un blindaje para un hipotético pase a la oposición y reforzar su discurso sobre el caos de la alternativa.

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