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El PPdeG, en manos de Marea y C's

El pronóstico del CIS de que el diputado escaño de Pontevedra sería para los de Iglesias y no para los de Rivera representa una preocupante noticia para Feijóo ante las autonómicas

GUILLERMO MEIJÓN COUSELO fue, en el área de educación, un competente portavoz sectorial del PSdeG, uno de los últimos que hubo en el grupo socialista en el Parlamento gallego, convertido desde hace tiempo en un erial. El bonachón Meijón dejó en el 2011 la cámara de O Hórreo para saltar al Congreso.

La encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) conocida el jueves confirma que Meijón es a priori el protagonista en Galicia de la repetición de las elecciones generales el 26-J. Su escaño, el segundo del PSOE por la provincia de Pontevedra, fue el que se sacó con la menor diferencia en Galicia el pasado 20 de diciembre, pues Ciudadanos se quedó a sólo unos 8.000 sufragios, un 1,4%, de quitárselo a los socialistas.

En los últimos meses aparecieron encuestas que señalaban que los de Rivera, en el ya habitual proceso de inflado de su globo demoscópico, iban a hacerse con ese diputado. Pero, en coincidencia con los pronósticos del analista Jaime Miquel, el CIS vaticina que no sería para los de Rivera, sino para En Marea. A diferencia de Miquel, quien sostiene que esta coalición también se haría con un escaño a costa del PSOE en A Coruña, el CIS augura que el que afecta a Meijón sería el único cambio en Galicia en relación con el 20 de diciembre.

En las pasadas generales el CIS patinó en España, al sobrevalorar a C’s e infravalorar a Podemos. En Galicia se acercó mucho más a lo que sucedió, pues sólo falló en que le daba a Ciudadanos ese disputado escaño de Pontevedra, a costa del PSOE o de En Marea.

Si ahora el CIS acertase y la única variación que hay en la representación gallega en el Congreso supone que Meijón le cede su asiento a Josúe Villar, número tres de En Marea de Pontevedra y portavoz de Esquerda Unida en Gondomar, se trataría de una relevante alteración del escenario ante las autonómicas del otoño.

De esa manera En Marea se consolidaría como la alternativa en Galicia, al romper a su favor el empate a escaños que tuvo con el PSOE el 20-D, aunque le aventajase en votos. Serían 7 diputados para los de Beiras e Iglesias y 5 para los de Sánchez, mientras el PP seguiría con 10 y C’s, con 1.

Ciudadanos habría perdido una nueva ocasión para asentarse en el escenario gallego, en el que, pese al nada desdeñable 9,1% de los votos que obtuvo el 20-D, mantiene una posición precaria, con su constante carrusel de cambios de dirigentes y candidatos y su débil implantación territorial.

Se acumularían así dos noticias preocupantes para los de Feijóo, la del fortalecimiento de su principal enemigo, En Marea, y la de que su socio potencial, Ciudadanos, no se acaba de afianzar. Y es que de las valoraciones de la encuesta del CIS en Galicia lo que más llama la atención es la resignación de los populares a mantener sus actuales 10 escaños en el Congreso, cinco menos de los que tuvieron en el 2011, mientras solo aspiran a mejorar su 37% de los votos. Seguirían en un nivel que convierte en misión casi imposible reeditar su mayoría absoluta autonómica, algo que ya no existe en ninguna comunidad salvo en la gallega.

En este escenario Feijóo trata de fortalecerse apelando al voto útil contra Ciudadanos, pero si este partido se debilitase más, al perder por ejemplo su escaño en el Congreso por A Coruña, las opciones del PP disminuirían, a no ser que se diese una súbita e improbable vuelta al pasado.

En el futuro de C’s reside una de las claves de las autonómicas. Hay otras, como la de si el BNG consigue mantenerse en el Parlamento gallego. Esta incógnita está conectada con la cuestión capital, la de si En Marea será capaz de soportar sus fuertes tensiones internas para estructurarse ante las autonómicas y designar a su candidato.

La legitimidad de Touriño y la ilegitimidad de Laxe

Sorprende que Touriño acepte equipararse como expresidente socialista de la Xunta con Laxe, pues llegó al poder al frente de una coalición que superó al PP en 100.000 votos mientras el segundo lo hizo gracias a los tránsfugas populares de Barreiro, condenado por corrupción. Al hacerse la foto con Leiceaga, Laxe contó el chiste de la semana pues dijo que Galicia es un país de alternancias.

El Parlamento gallego, la burbuja del Partido Popular

CUANDO EN LA PASADA DÉCADA comenzó a triunfar en el BNG el cálculo del economista ferrolano Xosé Díaz sobre la financiación autonómica el diputado que más se escandalizaba por esas estimaciones era un profesor de Económicas especializado en la materia que formaba parte del grupo socialista, el hoy candidato del PSdeG a la presidencia de la Xunta, Xoaquín Fernández Leiceaga, atónito ante los números que hacen los nacionalistas para, al no incluir gastos de la Administración central, concluir que los gallegos recibimos menos de lo que aportamos con nuestros impuestos. Si la cuenta fuese cierta, sorprende que el Bloque no la convierta en el eje de su acción política diaria, pues sería un expolio fiscal sin parangón, ya que no lo sufriría un país rico como el catalán, sino uno como el gallego con una renta per cápita situada por debajo de la media española.

Xosé Díaz, el tío de Yolanda Díaz que fue diputado autonómico del Bloque entre 1997 y 2005, se anotó el martes un espectacular e imprevisto triunfo sobre Leiceaga, gracias a la incompetencia de la nueva dirección del grupo parlamentario socialista y de la gestora del PSdeG, además de con la colaboración de los diputados más avezados, afines todos al derrotado en las primarias, José Luis Méndez Romeu. Con malévolo disimulo, y sin poner el grito en el cielo, los veteranos dejaron que los neófitos parlamentarios encabezados por la nueva portavoz, Patricia Vilán, dejasen en evidencia a Leiceaga en su terreno, el de la financiación autonómica, como se vio cuando el portavoz del PP, Pedro Puy, utilizó en su intervención un estudio sobre los efectos sobre la hacienda pública gallega de una hipotética independencia de Cataluña, obra del candidato socialista.

El PSdeG justifica su decisión de votar a favor de la proposición de ley del BNG para establecer en Galicia un sistema de concierto similar al vasco y el navarro, y como pedía Cataluña antes del desafío independentista, a partir del principio de permitir que se debatan las iniciativas de la oposición. Sin embargo, como iba a ser rechazada por el PP, lo que quedó es que el PSdeG enmendó a su candidato y toda su línea de las últimas décadas. Los socialistas se estrellaron el mismo día en el que estrenaban su nueva correlación de fuerzas, con los partidarios de Leiceaga en primera fila. Vilán llegó vendida a su debate del día siguiente con Feijóo, quien, aún así, no pudo evitar su habitual abuso de los usos parlamentarios al preguntar a los diputados de la oposición, incluso cuando estos no tienen turno de réplica, pues el debate está organizado para que sea el presidente quien responda, aunque el actual no lo haga. 

El PSdeG volvió a descalabrarse en el Parlamento de nuevo en esta legislatura, como lo hizo Age cuando perdió tres de sus nueve escaños y mientras el BNG escenificaba su crisis con la marcha de Aymerich y la caída en desgracia de Jorquera. El PP resiste como una roca, con un Feijóo al que la oposición no le tomó todavía la medida. El Parlamento se ha convertido así en una burbuja en tiempos de la acelerada decadencia de los populares que anunciaron las europeas, confirmaron las municipales, consolidaron las generales del 20-D y, según el CIS, van a afianzar las del 26-J.

* Artículo publicado en la edición impresa de El Progreso el día 12/06/2016

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