Blog |

El eje Santiago-Lugo-A Coruña

Feijóo trató de emular a Fraga multiplicándose en 8 actos, lo que revela que no está en retirada y que intenta resistir.

A Feijóo le regalaron ayer una navaja en su mitin en Riotorto, cuando lo que parecía que más podía necesitar era una cantimplora en una jornada en la que tuvo ocho actos, en Guitiriz, Mondoñedo, Riotorto, Trabada, Narón, Oleiros, Cambre y Arteixo. Nunca su programa había recordado tanto al de Fraga, con una rápida sucesión de discursos ante los simpatizantes populares de cada municipio, aunque el de Os Peares no haya alcanzado las cotas de popularidad del León de Vilalba, que superó en tres ocasiones la barrera del 50% de los votos en las autonómicas y aplastaba a sus rivales, mientras el actual presidente de la Xunta lo que ha hecho hasta ahora es alimentarse de la debilidad de sus oponentes.

La incertidumbre de la última semana se centra en tres ciudades del norte, con el sur resuelto y mientras la izquierda parece perder su turno en Ferrol

La evolución de la última semana de campaña mostrará si el regalo de la navaja anuncia un endurecimiento de la contienda electoral en Galicia que, en contra de lo esperado, no está siendo sucia como fue, por ejemplo, la de las autonómicas del 2009 cuando Feijóo logró contra pronóstico derribar al bipartito. Las navajas hay que tenerlas por «si acaso», dijo el presidente de la Xunta mientras se guardaba el afilado presente en su chaqueta, entre las risas del público.

Aunque hoy bajará algo el ritmo, la frenética actividad de Feijóo indica que las señales que dio en los últimos meses sobre que estaba pensando en una retirada sólo eran amagos. Más bien da la impresión de que sólo no se presentará a la reelección en 2016 si ve que no tiene opciones, por lo que está echando el resto en la prueba de fuego de estas municipales.

Y a estas alturas, en un panorama tan fragmentado como confuso, resulta muy difícil saber cuál será el escenario global gallego. Estará marcado por la magnitud de la bajada que va a sufrir por el PP, de cuánto aguanta en la Galicia rural y en qué medida nota en las ciudades el malestar con su gestión, sobre todo en el Gobierno central pero también en la Xunta.

Hoy es el último domingo de encuestas. En Galicia su credibilidad ya estaba muy en entredicho antes del reciente error en las elecciones británicas. Fue mayor todavía el fallo en la primera vuelta de las presidenciales polacas del pasado domingo, pues perdió por dos puntos el favorito que tenía más de ocho puntos de ventaja en la gran mayoría de los sondeos. Sin embargo, también ha habido aciertos recientes, como el de Grecia.

La frenética actividad de Feijóo indica que las señales que dio en los últimos meses sobre una posible retirada solo eran amagos

En la convulsa situación de la política española, con un magma de nuevas opciones y en tiempos en los que se retrasa la decisión sobre si ir a votar y a quién hacerlo, el poco alentador historial de las encuestas en Galicia invita a tomarlas con gran cautela, pues además en algunas ciudades y villas todas las que hay son de la misma empresa.

Los sondeos, la campaña y las expectativas de los partidos indican que ha cristalizado un cambio en el escenario. Ya hace muchos meses que estaba claro, salvo descomunal sorpresa, que el socialista Caballero y el nacionalista Lores se mantendrán en las alcaldías de Vigo y Pontevedra, respectivamente, pues aunque no tengan la mayoría absoluta, no se vislumbra ninguna combinación alternativa. Lo mismo sucede con el popular Jesús Vázquez en Ourense.

A este grupo de las ciudades en las que el desenlace electoral parece decidido hay que añadir Ferrol. El popular Rey Varela lo tiene todo a su favor para mantenerse en el poder, pues aunque perdiese la mayoría absoluta, contaría con el colchón de Ciudadanos. Se rompería así la lógica que impera en esta ciudad desde 1987, después de la reconversión naval, cuando empezaron a sucederse mayorías de derecha y de centro-izquierda. Ahora le tocaría al centro-izquierda pero todo apunta que lo va a impedir la debilidad del PSOE, con una candidata que ni entusiasma a los suyos, y el fracaso de la creación de una plataforma unitaria en la izquierda, como la Marea de A Coruña o Compostela Aberta.

Así que la incertidumbre se centra en A Coruña, Lugo y Santiago. En A Coruña hay un doble pulso, del popular Negreira por salvarse gracias a Ciudadanos, frente al PSOE y la Marea que pelean por liderar la alternativa, con aparente ventaja de la segunda. En Santiago el camino se le despeja a Martiño Noriega, por el hundimiento del PSOE, y para el popular Hernández cada vez es más difícil el milagro de sumar la mayoría con Ciudadanos. En Lugo la duda reside en qué socialista ocupará la alcaldía, si seguirá Orozco, para lo que tiene que ser el más votado, o se verá obligado a darle el relevo a su compañero Santín para poder pactar con Lugo Novo y el BNG.

Comentarios