Blog | El 8 del Pazo

Llamadme loco, pero sigo soñando

PERDIMOS EN Palma. Una pena porque en la isla dejamos gran parte de las opciones de ser primeros. Una buena primera parte y una mala segunda ante un buen conjunto acabó de la peor manera. El equipo lo dio todo pero en esta ocasión el balón no quiso entrar.

Noto que la gente se ha llevado una decepción, como es normal, pero no quiero que venza el pesimismo. Yo sigo soñando con lograr algo grande esta temporada que, pase lo que pase, será inolvidable.

Seguimos en la pelea por el ascenso y no es de locos seguir soñando. Porque en una temporada en la que hemos batido récords de victorias, en la que hemos disputado la Copa Príncipe, en la que hemos tenido el apoyo incondicional de nuestra gente tanto en el Pazo como lejos de la Muralla, en la que hemos superado grandes contratiempos y, aun así, seguimos con posibilidades, aunque sean remotas, de acabar primeros, y además mantenemos intactas las opciones de un ascenso, es obligatorio seguir soñando.

Debemos viajar a Valladolid, donde sé que no estaremos solos una vez más, y allí volver a ganar para asegurar la segunda plaza al menos. Una segunda plaza que nos dará ventaja de cancha en unos play off que serían una oportunidad para el Pazo, que ha dicho y tiene mucho que decir.

Guardo un gran recuerdo de aquella temporada en Alicante en la que, con un buen equipo, pero sin ser favoritos en los play off, logramos ascender. Porque si la opción de ser primeros se desvanece totalmente, debemos cerrar los ojos con fuerza y seguir sumergidos en este sueño en el que solo algo grande debe despertarnos. Un ascenso en play off tiene el mejor sabor posible. Lo sé yo y lo saben también los breoganistas, que recuerdan el último ascenso del Breo, del que la gente que lo vivió habla como el que cuenta haber formado parte de algo grande.

Disfrutemos la temporada que estamos viviendo, de cada canasta, de cada victoria. Porque todo esto quedará en nuestra memoria como esos sueños que a veces recordamos casi enteros cuando despertamos y nos hacen sonreír. Llamadme loco, pero yo sigo soñando.

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