LO QUE se presentaba como un placentero martes en el Bernabéu a punto estuvo de convertirse en una pesadilla para el madridismo. Después del 0-2 logrado en el partido de ida en Alemania todo apuntaba a que el equipo blanco no tendría problemas para meterse en los cuartos de final, pero la realidad fue otra.
El Schalke se dio cuenta de que podía hacer daño a su rival, se fue soltando y de repente se encontró con un 0-1 en el marcador, a un gol de forzar la prórroga. Poco después Cristiano acudió a su cita con el gol y el Bernabéu respiró pensando que el susto había pasado. Pero no, el Schalke respondió con otro gol. Incluso con 2-2 y 3-2 en el marcador, la sensación era de que la eliminatoria estaba en el aire.
Y tanto que lo estaba. De hecho, el Madrid acabó encerrado en su área defendiendo un 3-4 ante su afición. Al Schalke no se le puede quitar mérito, pero para meter cuatro goles en el Bernabéu el Madrid tiene que estar mal, como así fue. Se pudo ver a un equipo cansado, quemado y roto, en el que solo defendían cinco jugadores. Ancelotti seguro que se ha dado cuenta de ello y lo arreglará.
Pese a meterse en cuartos, el Madrid quedó muy tocado, y en especial algunos jugadores, como Casillas, que ha sido un gran portero para el equipo blanco y la selección española. El mostoleño no pasa por su mejor momento, pero es un buen portero y merece la confianza de sus compañeros.
Con este panorama, el Madrid visitará el domingo 22 el Camp Nou, donde le espera un Barça que espera aprovechar esta marejada. Pero ese será otro partido en el que puede pasar de todo. Está claro que si gana el Barcelona en el Real Madrid entrarían más dudas, pero en una temporada se viven muchos momentos y tal vez dentro de unos meses sea el Barça el que esté en una mala racha. Habrá que estar muy atentos.
