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Otro enlace de cuento

A la boda del príncipe heredero de Hannover asistieron más de 200 invitados, que brindaron algunos estilismos dignos de admiración

EL PASADO fin de semana, todas las miradas se centraban en Alemania. El 8 de julio tuvo lugar la boda del año. El príncipe heredero de Hannover, Ernst August Andreas Philipp Constantin Maximilian Rolf Stephan Ludwig Rudolph, duque de Brunswick-Lüneburg y príncipe de Gran Bretaña e Irlanda, contrajo matrimonio con su novia, Ekaterina Malysheva, en una ceremonia religiosa que tuvo lugar en la iglesia del Mercado de Hannover.

Ekaterina MalyshevaA esta boda de cuento asistieron más de 200 invitados, entre los que destacaban los hermanos Casiraghi. Y algunas damas nos dejaron looks dignos de admirar, como es el caso de Nieves Zuberbühler o Sassa de Osma, mientras que otras no acertaron con su elección de vestuario. Véase Carlota Casiraghi o Elisabeth von Thurn und Taxis.

La novia, una diseñadora rusa, escogió a Sandra Mansour para vestir durante los tres días de celebración. El vestido que llevó en la ceremonia estaba hecho a mano en encaje chantilly y pedrería. Y a pesar de que la confección de este vestido fue de tres meses de trabajo manufacturado, para mi gusto estaba demasiado recargado. Quizás por las mangas con volumen en el hombro y transparentes, porque daban una imagen de antigua. El diseño de Malysheva era de manga larga semitransparente, escote redondo y una larga cola.

Eso sí, la novia pudo brillar gracias a la corona floral que lució, una diadema del siglo XIX de oro, plata y brillantes. Esta tiara la llevaba sobre un moño bajo con raya y pertenece a la casa de los Hannover. Las dos mujeres de Ernesto de Hannover ya se la habían puesto en alguna ocasión: Chantal Hochuli y Carolina de Mónaco. Alexandra de Hannover, de 18 años, vistió bastante acorde con su edad. Un estilo boho con flores en tono rosa y con un aire muy romántico. Eso sí, yo cambiaría su calzado.

Carlota Casiraghi sorprendió a todos, pero esta vez para mal. Y es que la hija de Carolina siempre ha sido considerada como una diosa de la moda. No acertó con un abrigo en tonos grises y negros, en pleno julio, de Giambattista Valli y unos salones de Gucci. La guinda del pastel fue un sombrero negro sin ningún detalle en especial.

Entre las mejor vestidas están Beatrice Borromeo y Nieves Zuberbühler. La primera siempre está guapísima y muy acertada en cada ocasión. Para esta boda eligió un vestido verde bordado combinado con un tocado estilo turbante. Iba muy sencilla, pero elegante.

Nieves Zuberbühler, cuñada de Tatiana Santo Domingo, fue la más guapa de toda la boda, incluso me atrevería más que la novia. Ella escogió un vestido en rosa fresa con un detalle de terciopelo rojo en la zona del escote. La caída de la falda simulaba un pareo con picos, y los accesorios en dorado fueron la clave.

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